miércoles, 31 de diciembre de 2008

Medio centenar de parpadeos de Sergio Gaut vel Hartman


Impiadosa - Sergio Gaut vel Hartman
Caissa castigó al vate por el horrendo poema. Aún hoy es común ver, en partidas de torpes aficionados, una pieza fantasmal, que no es caballo ni alfil, deambulando ciega y sin lógica entre las laberínticas casillas.

Ladronzuelo - Sergio Gaut vel Hartman
El tipo robaba un párrafo al azar de una novela, lo enlazaba con algo sacado de su propia cabeza y remataba descubriendo lo fácil que es perderla cuando alguien se mete donde no debe.

Cero palabras - Sergio Gaut vel Hartman
Frank Roger es el padre de las microficciones sin palabras. Pero no le salió gratis: ahora tiene que alimentarlas, vestirlas, mandarlas al colegio... Ellas no le dan ni las gracias.

Error - Sergio Gaut vel Hartman
Un twitter se creyó mariposa y quiso ser soñado por Chuang Tzu. El chino, ni lerdo ni perezoso, tomó una palmeta y lo reventó contra la pared.

Negro - Sergio Gaut vel Hartman
El más negro de los cuentos de humor negro no ha podido ser leído por ningún lector. 

Aire fresco - Sergio Gaut vel Hartman
Los parpadeos de las damas producían corrientes de aire de tal magnitud que fue necesario apagar los equipos de aire acondicionado del salón.

Viajero - Sergio Gaut vel Hartman
Dick viajó al siglo I después de zamparse una tortilla de Amanita Muscaria y huevos de ornitorrinco. Todavía no se pudo desenredar el enredo que armó, el irresponsable.

Sin solución de continuidad - Sergio Gaut vel Hartman 
Escribía todo el tiempo. La muerte lo encontró escribiendo y él no se dio por enterado. Las únicas protestas las expresó el editor.

Reyes magos - Sergio Gaut vel Hartman
La rebelión se inició en una juguetería el 5 de enero. El 7, los soldados de plomo habían conquistado todo el planeta y los reyes, impotentes sin su magia, fueron ajusticiados. 

Otra película - Sergio Gaut vel Hartman
Cada vez que Gilda parpadeaba, las pestañas con rimmel extra alargador producían ráfagas heladas. Johnny Farrell terminó en el hospital, aquejado de pulmonía.

Calentamiento global - Sergio Gaut vel Hartman
Los hielos polares se derritieron inundando las ciudades. En el último piso del edificio más alto, Ballard contempla el mundo sumergido con una triste sonrisa; es doloroso ver que una profecía se cumple.

Inmortal - Sergio Gaut vel Hartman
Un hombre lee un libro junto a una ventana que da al canal. 
—¿Qué lee? —pregunta una mujer que pasa. 
—Releo un libro que escribí hace siglos —responde Bradbury.

Otra forma de viajar - Sergio Gaut vel Hartman
Desnudo, se dejó impulsar por las ráfagas, alcanzó el ojo y esperó a que el parpadeo lo abanicara en dirección al otro universo.

Extinción - Sergio Gaut vel Hartman
Sábado a la noche en la ciudad vacía. Los fantasmas ocupan sus lugares en las tabernas y las plazas, pero la alegría que expresan es tan falsa como la cerveza que beben. 

Sombras nada más - Sergio Gaut vel Hartman
Escribe en la oscuridad y no puede leer lo que escribe. Por eso no sabe si ha escrito una sátira o su propio drama personal.

Om - Sergio Gaut vel Hartman 
El ladrón decidió robar en una santería. Pero, al cruzar la puerta, el aroma del incienso lo transformó. 
—¡Hermano! —exclamó—. ¡Siento el espíritu! 
Tarde: el disparo del dependiente se incrustó en su frente.

Tatoo - Sergio Gaut vel Hartman
El tatuaje de un Ave Fénix ha sido asesinado por sus pares, que huyen para eludir a la policía. El cuerpo vuelve a ser blanco.

Timidez - Sergio Gaut vel Hartman
La muchacha no se atreve a interrumpir al viejo escritor que acaba de descubrir garabateando cuartillas en el bar. La oportunidad de convertirse en personaje pasa de largo.

Tiempo - Sergio Gaut vel Hartman
Ochenta años pasaron como ráfagas. Entonces viviré como se debe los últimos ocho meses, piensa. Ocho horas antes de morir rememora esos ocho minutos que se fueron aleteando como ocho parpadeos de un segundo.

Moda invisible - Sergio Gaut vel Hartman 
La casualidad es un traje elegante que no sirve para vestir a nadie. En medio de la fiesta todos notan que el que lo lleva está desnudo.

Lágrima - Sergio Gaut vel Hartman
Nacida de un parpadeo, resbaló por la mejilla y se precipitó al vacío. Cayó sobre una ráfaga viajera y se diseminó por todo el mundo.

Arroja una moneda al aire - Sergio Gaut vel Hartman
Después de resucitar a Lázaro se le planteó un gran dilema: ¿debía permitir que fuera inmortal o simular un accidente cuando todos durmieran?

Creyentes - Sergio Gaut vel Hartman
Una secta judía venera a Saulo de Tarso como el verdadero Mesías, redujo la Biblia a Génesis y Apocalipsis, y permite comer jamón crudo porque es riquísimo.

Interruptus - Sergio Gaut vel Hartman
Pensaba dormir nueve meses y la despertaron a los nueve días. Tuvo que malvender un montón de sueños, pero conservó tres pesadillas que le gustaron mucho.

Guía práctica - Sergio Gaut vel Hartman 
Compré un bebé que venía con manual de instrucciones. Decía: úsese esta bomba bubónica en caso de que ya no soporte a la especie humana.

Resultado incierto - Sergio Gaut vel Hartman 
La guerra entre los selenitas y los lunáticos terminó con la victoria de los terceros.

Naufragio en Saturno - Sergio Gaut vel Hartman 
En la nave hiperlumínica íbamos Oriana, Rafael, Javier y yo. Queríamos hacer un picnic en Titán, pero un titán se adelantó y nos almorzó.

Sin pena - Sergio Gaut vel Hartman
Los capos del capitalismo merecen un castigo acorde a su acción: la pena capital.

Descanso merecido - Sergio Gaut vel Hartman
Cuando terminó de inventar a Jesús, Saulo de Tarso se tomó una semana de vacaciones; estaba exhausto.

Adivinanza para paranoicos - Sergio Gaut vel Hartman
La alianza secreta para dominar el mundo chorrea grasa de gusano, colecciona caras en un libro, viste un traje rojo que burbujea, y se asoma a la ventana a cada rato.

Cañerías - Sergio Gaut vel Hartman 
Un poeta y un narrador se encontraron en un baño de damas y discutieron sobre dos temas. Coincidieron en que un plomero con su llave inglesa podría resolver ambos.

Musas - Sergio Gaut vel Hartman
Buscó inspiración en las críticas a sus libros anteriores y la encontró: en tres meses era el asesino serial más buscado del país. 

Duda existencial - Sergio Gaut vel Hartman
Siempre que aplasto un mosquito imagino que estoy acelerando el regreso de John Lennon o Leonardo. Pero ¿y si el mosquito era Hitler?

Despertando - Sergio Gaut vel Hartman 
Cuando desperté el twitter ya estaba allí y Monterroso trataba de convencerme de que no me mordería, que era manso y todo eso. Mintió.

Consecuencias - Sergio Gaut vel Hartman
Un asesino serial se casó con una serie de televisión. Tuvieron muchísimos hijitos: los programas criminales que nos atormentan y lastiman.

Ataque - Sergio Gaut vel Hartman
—Fui atacado por un twitter, señor oficial. 
—¿Puede describirlo? 
—Sí, tenía 140 caracteres. 
—¡Vaya esquizofrénico!

Consonante - Sergio Gaut vel Hartman
¿Se dieron cuenta de que capitalismo rima con cataclismo? El que avisa no es traidor. 

Descripción - Sergio Gaut vel Hartman
El twitter es un animal al que, a diferencia de los pájaros, los peces y las mariposas, le encantan las redes.

Progreso - Sergio Gaut vel Hartman
No sólo dejó de ver al lindo gatito y de tener relaciones carnales con él: montó una próspera empresa y ahora anda con un tigre.

Ignaro - Sergio Gaut vel Hartman
Nadie le avisó que los twitters no pueden ser cazados en diciembre (época de desove). Cuando lo apresaron ya se había comido tres.

Flechazo - Sergio Gaut vel Hartman
Al descubrir las tetas de aquella mujer, los ojos le saltaron de las órbitas, quedaron cautivados y se negaron a volver. Tuvo que hacer un curso para ver con la lengua.

Frivolidades - Sergio Gaut vel Hartman
Después de doce años de trabajo completó la saga del Caballero Dorado (ocho tomos, un millón de palabras). Jamás imaginó que en ese lapso se había puesto de moda el microcuento.

Transformismo - Sergio Gaut vel Hartman
Después de convertir el agua en vino, Jesús se entusiasmó y convirtió piedras en tortas, suspiros en denarios y a sí mismo en una leyenda.

Teletodo - Sergio Gaut vel Hartman
Empieza el telemarketin de los Testigos de Jehová. Esta semana tres salvaciones al precio de una. Y regálele otras tres a sus amigos.

Para el desguace - Sergio Gaut vel Hartman
Este universo es irreparable: no existe ningún taller especializado en mecánica celeste.

Negativamente positivo - Sergio Gaut vel Hartman
Pintaba áridos paisajes marcianos y los sometía a un proceso de inversión cuántica, gracias a lo cual lograba hacer llover sobre el Sahara.

Talleres - Sergio Gaut vel Hartman
Todos los especialistas en mecánica cuántica son los mismos que antes hacían chapa y pintura con pistola termonuclear.

Paseo - Sergio Gaut vel Hartman 
Después de recorrer los sitios de una veintena de amigos me he convencido de que Darwin tenía razón: el twitter desciende del yahoo.

Parmesano o provolone - Sergio Gaut vel Hartman 
Nunca dudé de que la Luna está hecha de queso. Lo malo es que acaban de descubrirlo los superratones del quinto planeta de Rigel.

Aventura en sombras - Sergio Gaut vel Hartman 
La astronave se dejó atrapar por el agujero negro y navegó en la oscuridad hasta que volvió a ver la luz. El ojo la escupió en una mirada.

Proselitismo - Sergio Gaut vel Hartman 
El dios muerto trepa a los hombros del inocente, con sus garras afiladas le horada la nuca y tras tocar el cerebro gana un nuevo esclavo.

Final diferido - Sergio Gaut vel Hartman 
El universo es un freezer en el que Dios guarda su comida. Aunque mastica una galaxia por día, nuestra fe sostiene que todavía falta para la cena.

Hazaña Sergio - Gaut vel Hartman
Cinco siglos y medio después de que Mehmed II tomara Constantinopla, Julián Nassir conquistó a Constantina Karamalis. Orgulloso de su hazaña, el turco abrazó a la griega y le susurró al oído. —Decime sultán.

domingo, 28 de diciembre de 2008

91 ráfagas del 28 de diciembre de 2008


Cordero de Dios - Jaime Valdivieso
—¿Por qué vas a matarme? ¿No sabes acaso que soy el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo?
—Precisamente por eso.

Primera vez - Lola Carreño 
Él le creyó cuando, después de hacer el amor, ella confirmó que había sido el primero. Y mientras se lo decía, pensaba. ¿Por qué todos preguntan lo mismo?

El mundo - Juan José Arreola
Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

El Cid y Jimena - Marco Denevi 
Se amaron después de tantas dificultades que en el lecho nupcial les pareció que amarse no valía gran cosa.

Andrés Diplotti
—Podemos salir de la crisis, pero tendremos que hacer sacrificios —anunció el ministro—. Empezaremos con este macho cabrío.

Oscurecimiento - Antonio Di Benedetto 
El suicida se cuelga del cuello con el cable telefónico. La ciudad queda a obscuras.

Inocente - Oriana Pickmann
Dícese de la persona que todavía cree un minutito dura menos de 60 segundos.

100 - Ana María Shua 
Mientras Aladino duerme, su mujer frota dulcemente su lámpara maravillosa. En esas condiciones, ¿qué genio podría resistirse?

Afortunado - Jorge Martín
—¡Ganaste la lotería!
—¡¿Si?! —grita agitando el billete.
—¡Que la inocencia te valga!
—¡No! Hoy es veintiocho —rompe el billete en pedacitos, rabioso.
—Era cierto que ganaste —dice el otro mientras recibe la primera bala.

Anuncio - Héctor Ranea
Para mañana los bancos anuncian devolución de dinero malhabido.

El globo - Miguel Saiz Álvarez 
Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño.

Fallo técnico - Magnus Dagon
Cuando el mago lanzó el hechizo de muerte no reparó en
que tenía la varita cogida por el extremo contrario.

El suicida - José María Peña Vázquez 
A la altura del sexto piso se angustió: había dejado el gas abierto.

De una buena vez - Sergio Gaut vel Hartman 
Fue a la taberna decidida a perder la inocencia. —¡Sácame las manos de encima, vieja asquerosa! —exclamó airado el borracho—. ¿Ahora te acuerdas?

Desinencia - Juanjo Ibáñez 
Cuando estaba escribiendo el cuento más breve de su vida, la muerte escribió otro más breve todavía: ven.

Bienvenida - Guillermo Vidal
—¿Adonde estoy?
—En el siglo veintisiete.
—¿Soy el único sobreviviente?
—No, también su suegra.
El hombre sufre un infarto y muere.
—¿Qué paso? —le preguntan
—No me dio tiempo a decirle, “que la inocencia le valga”.

Cien - José María Merino 
Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. “Te noto mala cara”, le dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina.

Amores peligrosos - Olga A. de Linares
Por complacerla, no le importó en lo más mínimo provocar un cataclismo
cuando ella, inocentemente, le pidió la luna. 

El harén de un tímido - René Avilés Fabila 
Como temía decirles que no, opté por conservar a todas las mujeres que he amado.

Libertad - Jacinto Deleble Garea
Sólo cuando se atrevió a cortar los hilos que la esposaban supo la verdad: en realidad ella no era un títere, sino una cometa.

Javier López
A su mujer le dijo que salía a dar una vuelta. Lo que no nombró para nada fue la palabra mundo. 

Edilberto Aldán
El martes me lleva varias horas de ventaja. Comenzó sin esperarme.

Los reyes son los padres - Rafael Vázquez
A los hijos bastardos de los Reyes Magos nunca les trajeron ningún regalo.

Escena conyugal - Luis Felipe Hernández 
Lanzaba con presteza uno tras otro los cuchillos a su mujer, quien los recibía con el trapo para secarlos.

Sueño Eterno - Maricela Torres
Nunca había padecido de insomnio, así que para variar, decidió morir con los ojos abiertos.

Anabel Rodríguez
Cielo celeste infantil requiere con urgencia sol asalmonado y alguna nube para maquillarse. Interesados presentarse a casting al atardecer.

Los del geriatrico le comprendemos - Alejandro Sosa
—El señor Hayata tiene otra vez ese ataque de ira, pisotea las maquetas que tanto le cuesta construir. Además se niega a que le pongamos el supositorio.
—Vaya de nuevo y dígale que es la cápsula beta.

Urdimbre - Orlando Enrique Van Bredam
—¿Tu marido es celoso? —preguntó él.
—Sí. Mi marido es el oso que viene ahí —respondió ella.

Amor devorado - Sergio Patiño Migoya
De tanto jugar al gato y al ratón, dejaron marchar todos los trenes. No supieron comprender que el tiempo es un perro hambriento.

Agujero - Beatriz Mingo
Tenía un agujero en el bolsillo por el que caían todas las penas.
Cuando se hizo rico compró ropa nueva, y las penas volvieron a
acumularse en sus bolsillos.

Fábula - Jairo Aníbal Niño 
Y los ratones hicieron una alianza y la serpiente de cascabel le puso el cascabel al gato.

¿Cuánto Hay? - Miguel Dorelo
Era un juez muy coherente con sus fallos. La inocencia o culpabilidad del acusado era siempre proporcional a la fortuna personal que este poseyera. 

Equívoco - David Lagmanovich
Era ciego y caminaba por la calle Florida con un bastón blanco, apoyado en el brazo de una robusta criada, pero no era Borges.

Hondazo - Lola Cárdenas Luque & Sergio Gaut vel Hartman
Antes de morir a manos de David, Goliat dijo: —Lo que consigas por la fuerza sólo demostrará que eres un bruto, no que tienes razón.

Veredicto - Antonio J. Cebrián
El juez golpeó con el mazo sobre la mesa y dijo: —De la acusación de no ser culpable, yo le declaro inocente… Por lo cual dispongo que se le libere de la privación de cautividad.

Pájaros - César Antonio Alurralde 
Las ramas se poblaron de pájaros. Sonó un disparo y el árbol cayó pesadamente.

Ingenuidad - Patricia Kieffer 
—¿Qué se siente haber perdido la inocencia? —preguntó el amante.
—¿A qué llamas inocencia?
—No saber cómo es algo hasta que te sucede...
—Podrás responderte, mañana. —Lo durmió de un golpe y le robó todo. 

Justicia - Jaime Muñoz Vargas 
Hoy los maté. Ya estaba harto de que me llamaran asesino.

Prueba de vuelo - Eugenio Mandrini 
Si evaporada el agua el nadador todavía se sostiene, no cabe duda es un ángel.

Una sola carne - Armando José Sequera
Tan pronto el sacerdote concluyó la frase: …y formaréis una sola carne, el novio, excitado, se lanzó a devorar a la novia.

Carmen Leñero
La empatía entre los cuerpos lleva a una inercia de imitación: cuando salíamos apresurados del hotel, a media tarde, traías uno de mis aretes puesto.

Pequeños cuerpos - Triunfo Arciniegas
Los niños entraron a la casa y destrozaron las jaulas. La mujer encontró los cuerpos muertos y enloqueció. Los pájaros no regresaron.

Las alas - Ana María Mopty De Kiorcheff 
Tres veces soñó que le ponían alas; se propuso no soñar como niño o como beata, y se fue, dormido, sin alas.

Mercado - Gonzalo Celorio 
Señora, si usted tuviera idea de mi soledad, no me exigiría que comprara cinco pesos de perejil: me vendería diez centavos.

Génesis - Alba Omil 
El soplo dijo sí y fue la vida. Y no hizo falta la palabra.

Huida - Ricardo Reques 
Antes de caer pude ver cómo mis sueños se escapaban rápidamente por los pasillos del metro.

Lógica Herodiana - Daniel Frini
Un adulto piensa. Todo niño esconde un adulto. Mejor matarlos antes de que crezcan.

De escaquística - Juan José Arreola 
La presión ejercida sobre una casilla se propaga en toda la superficie del tablero.

Violación - Carlos Feinstein
Era un sujeto de orejas grandes y largas, peludo y baboso; describía la pobre niña al oficial de policía, mientras se arreglaba la rasgada capa roja.

¡Sorpresa! - José Costa Santiago 
La primera mañana después de mi muerte.

Superávit de conciencia - Guillermo Vidal
Claro que papa Noel es una invención sociocultural a fin de promover el comercio. Yo adhiero a esa ficción, mamá, acá tenés la lista de lo que quiero.

Amenazas - William Ospina 
—Te devoraré —dijo la pantera.
—Peor para ti —dijo la espada.

Ucronía - Sergio Gaut vel Hartman
Herodes lo pensó mejor y no dio la orden de liquidar a los infantes. Pocos años después, una horda de niños invadió el palacio y lo ahorcó con sus propias tripas.

Lengua de víbora - Jaime Valdivieso
No tuvo que apretar el gatillo bastó que lo forzara a morderse la lengua.

Musa cruel - Olga A. de Linares
Le encantaba hacer bromas el Día de Inocentes, y el 28 le susurraba a cuánto
escritor tuviera a mano el inicio de la mejor novela del siglo... Pero
nunca volvía a visitarlos. 

Tú y yo - Marco Denevi
Leímos todo cuanto había sido escrito sobre el amor. Pero cuando nos amamos descubrimos que nada había sido escrito sobre nuestro amor.

Inocencia - Héctor Ranea
El dinosaurio le dio a fumar una pitada, después de lo cual él comprendió por qué se había despertado.

Círculo - Sergio Patiño Migoya
Y al final de los tiempos, el hombre hizo a Dios.

Graffiti - Orlando Enrique Van Bredam
Es fácil juntar de nuevo a Los Beatles. Sólo se necesitan tres balazos.

Nietzsche - Lola Carreño
En su belén, Nietzsche representaba el funeral de dios y el nacimiento del superhombre.

Reencuentro - David Lagmanovich 
No eras tú la que yo quería volver a encontrar, sino tu recuerdo.

Herodes - Antonio J. Cebrián
Herodes, poco ducho en la caligrafía hebrea, confundió un signo y ordenó por error matar a todos los mayores de dos años. Y la humanidad entera se extinguió.

El corrector - Jaime Muñoz Vargas 
Cuando enmendó, la herrata todavía estaba allí.

Resignación - Patricia Kieffer 
—Llegó el momento de cambiar las reglas: se acabó eso de que los inocentes vendrán al Cielo —protestó Dios.
—¿Y eso por qué? —preguntó el ángel.
—Hace siglos que no viene nadie... tengo el Cielo vacío. 

El holandés errante - Beatriz Mingo
Ya tiene la respuesta, pero aún recorre los océanos en su barco
fantasma buscando la pregunta.

Quebraderos de cabeza – Jacinto Deleble Garea
Cupido usa flechas en muy contadas ocasiones, lo normal es que ataque a pedradas.

Fiesta completa - Eugenio Mandrini 
Y llovieron panes sobre el circo.

Santos inocentes - Miguel Dorelo
—Dejad que los niños vengan mi —exclamó el Mesías.
—No vale, ¡yo lo dije primero! —gritó indignado Herodes. 

Dibujo - Ana María Mopty De Kiorcheff 
Con claridad soñó que el que lo creaba, moría. Al día siguiente no pudo despertar ninguno de los dos.

Andrés Diplotti
No me importa lo que la gente piense de mí. Eso sí: que nadie se dé cuenta.

Otro dinosaurio - Eduardo Berti 
Cuando el dinosaurio despertó, los dioses todavía estaban allí, inventando a la carrera el resto del mundo.

Inocencia - Sergio Gaut vel Hartman 
Creía en Santa, en la Virgen María, en la honestidad de políticos, curas y abogados. Un día olvidó cerrar la ventana y entró la realidad.

César Vallejo 
Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar, sino para que empiece a nevar.

Sin entender, apenas oyó: - Daniel Frini
— … a ser ejecutado en la horca, ahora.
Al abrirse la trampa, el cuerpo muerto se balanceaba lento. Se acercó el verdugo.
— Che, era una joda. Que la inocencia te valga.

Brujería - Héctor Ranea
Cuando supo que no era verdad que ese tipo había muerto, comenzó sus estudios superiores de magia negra. No debía fallar otro 28.

Balas - Antonio J. Cebrián
En el puesto de feria el cartel rezaba: “sienta como le disparan con balas de fogueo”. En el plomo de cada bala iba grabada la palabra: “Inocente”.

Lección - Patricia Kieffer 
El niño miraba arrobado al ángel. Con sus alas, éste le propinó un fuerte golpe. El niño se fue, llorando.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó otro ángel.
—Por su bien, acabo de robarle la inocencia. 

En estricto sentido - Jaime Muñoz Vargas 
Se nos acabó el amor. Nos separamos. Cada cual cogió por su lado.

Edilberto Aldán
Acelera para alcanzar, al fin, el final del cuento.

Anabel Rodríguez 
Perdida pasión por la vida. Vivaracha, ardiente, risueña. De genio vivo, luce un pequeño lunar en la barbilla. Se gratificará. Contacto: indolente reciente.

Javier López
Los bebés vienen sin manual de instrucciones.

Alejandro Sosa
Antes de dar con la clave de los viajes espacio-temporales apareció una mujer que le hizo olvidar el proyecto.

Rafael Vázquez
Dios se propaga como una luz a velocidad infinita. Hay partes del universo adonde aún no ha llegado. 

Dadivosa - Olga A. de Linares
Fue tan generosa con su amor que, cuando quiso darse cuenta, no le había
quedado ni siquiera el propio, y tuvo que pagar muy caro uno de ocasión.

Oriana Pickmann 
Una de las voces del esquizofrénico era paranoica, se sentía acosada por las otras voces.

Cálculos renales - Agustín Monsreal 
¡Cuánto sufrí para poder arrojar la primera piedra!

Responsabilidad - Jorge Martín
—¿Jorge pudo llevar los pedidos de fin de año?
—Sí, pero terminó reventado.
—¿Trabajó mucho?
—No, le explotó una caja de pirotecnia. Quedo repartido por todo el barrio.
—Siempre tan cumplidor. 

Última - Luis Britto García
La última muerte se me olvidó, que es como si hubiera muerto doblemente.

Actualización - Guillermo Vidal
La gente que cree en papa Noel con el trineo y el polo norte, sostiene disparates. Una nave interdimensional es más probable para repartir los regalos en una sola noche, sin descartar la asistencia de clones. 

Andrés Diplotti
Cuando en EE.UU. la economía andaba bien, derrochaban: los gatos tenían nueve vidas en vez de siete. Pero ahora, con la debacle, las bajaron a cuatro.

Modernización de sistemas - Magnus Dagon
En vez de candado, el Cielo tiene una cerradura electrónica que pide como contraseña el nombre de Dios.

Amor filial - Lucía Coria
—Mami, ¿puedo hamacar al abuelito?
—No, querido. Espera a que termine de ahorcarse.


miércoles, 24 de diciembre de 2008

89 parpadeos del 24 de diciembre de 2008


Olivierio Girondo
Un libro debe construirse como un reloj, y venderse como un salchichón.

Woody Allen
Yo tenía tendencias suicidas... y podría haberme matado, pero me estaba analizando con un freudiano estricto, y si te suicidas te hace pagar por las sesiones pendientes.

El adivino - Jorge Luis Borges
En Sumatra, alguien quiere doctorarse de adivino. El brujo examinador le pregunta si será reprobado o si pasará. El candidato responde que será reprobado...

Ardiente - José de la Colina
—¿Quieres soplarme en este ojo? —me dijo ella—. Algo se me metió en él que me molesta. —Le soplé en el ojo y vi su pupila encenderse como una brasa que acechara entre cenizas.

Acoso - Mónica Cazón
Eso de vigilarme con insistencia y durante  meses despertó lo peor de mí. Fue una pena que esa preciosa mañana de verano haya decidido usar  el revólver.

Post-operatorio - Adolfo Bioy Casares
—Fueran cuales fueran los resultados —declaró el enfermo, tres días después de la operación— la actual terapéutica me parece muy inferior a la de los brujos, que sanaban con encantamientos y con bailes.

Discionario 5 - Guillermo Vidal
Corte: Dícese del flagelo durante el siglo veintiuno que afectaba tanto a las rutas como a los juzgados. 

Murciélago - Héctor Ranea
Volar, volar a ciegas. Creer que llego, alcanzo el horizonte, la comida, el sexo, la distancia entre el hogar y el resentimiento y al llegar descubrir que no hay nada. Que no hay nada más allá.

Rosas - Alejandra Basualto
Soñabas con rosas envueltas en papel de seda para tus aniversarios de boda, pero él jamás te las dio. Ahora te las lleva todos los domingos al panteón.

Simetría dimensional - Magnus Dagon
Introdujo la mano en el pórtico, notó algo y apretó. Al instante un tentáculo surgió y le agarró del cuello.

Colapso - Sergio Gaut vel Hartman
Santa Claus no esperaba semejante regalo de Navidad: Coca Cola tuvo que despedirlo porque la crisis del capitalismo obligó a reestructurar ciertas áreas de la empresa.

Para siempre - Olga A. de Linares
El único amor eterno es el amor propio.

Oriana Pickmann 
—¿Hay vida después de la navidad? —filosofaban un pavo y un cerdo.

Trece - Pía Barros
Me encantas, bruja, en tu vuelo nocturno. Así le dijo, lo que siempre había querido escuchar. Pero siguió de largo. Era el día de los malos augurios.

Cotidiana - Miguel Gómes
Tras una discusión, coloqué a mi mujer sobre la mesa, la planché y me la vestí. No me sorprendió que resultara muy parecida a un hábito.

Don Quijote cuerdo - Marco Denevi
El único momento en que Sancho Panza no dudó de la cordura de don Quijote fue cuando lo nombraron (a él, a Sancho) gobernador de la ínsula Barataria.

El despertar - Jacinto Deleble Garea
Las manos de su autorretrato, desperezándose, sobresalían del marco, pintadas directamente en la pared de la galería.

69 - Ana María Shua
Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.

Javier López
La boca de riego comenzó a lanzarle improperios.

Edilberto Aldán
Columpiarse con los ojos cerrados, adictiva sensación del abismo.

El melómano - Eusebio Ruvalcaba
Compra discos, lee biografías de músicos, colecciona programas de mano. Por sus venas circula música. Y muchas veces ama aun más la música que los propios músicos. Pero llora en vez de tocar.

Sueño kafkiano - Sergio Patiño Migoya
La araña tejió la tela con sus sedas más delicadas. Luego se envolvió con ella.
Dejó una nota: “Sea en este mundo o hacia el otro, volaré.”

Necrosis - Rafael Vázquez
Al tercer día Jesús resucita. Los discípulos insisten en no comer de su carne y beber de su sangre.

Fraude - Maricela Torres
Vendía ilusiones eternas por catálogo... se descubrió el timo: se desvanecían a las tres horas de la entrega.

¿Qué le dijo la pájara a su pájaro muerto? - Lilian Elphick
Y la vida se te pasó volando.

Darse cuenta - Miguel Dorelo
Creía que tenía la vida comprada. Con los años me di cuenta que solo poseo algunas acciones de ella y que me encuentro a merced de los especuladores de siempre.

Línea de tiempo - Sarko Medina Hinojosa
Cuando por fin encontró la línea del tiempo en la que no moría, su enemigo lo encontró en la línea de tiempo en que nunca fue concebido…

Anabel Rodríguez
Hada en paro busca cuento. Abstenerse princesas casaderas. No asumo responsabilidad en crisis postmatrimoniales.

Miniconferencia sobre “La Crisis” - Clara Zetkin
Hoy vamos a hablar de esto ha sido todo. No hay turno de preguntas. Muchas gracias.

Bipolar - José Manuel Dorrego Sáenz 
Y entonces el judio neonazi se quemó a lo bonzo al grito de ¡muere, cabrón!

Andrés Diplotti
¿Por qué Papá Noel hace regalos tan desinteresadamente? Es sospechoso. Para mí que ahí hay una operación encubierta de lavado de dinero...

Alejandro Sosa
Sin quitar sus ojos de su presa, el gato midió la distancia y se preparó para saltar en el momento justo.
—Ha mordido el anzuelo —susurró la rata por el transmisor.

Navidad – Angela Schnoor
Era una criatura tan linda y tan feliz que Papa Noel no resistió. En Nochebuena se la llevó, como si fuera un obsequio, para su casa.

La hormiga escritora – David Lagmanovich
Si una hormiga resultara escritora, ¿qué podría escribir sino minificción?

Después de la guerra - Alejandro Jodorowski 
El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante mismo supo que era inmortal, porque la muerte sólo existe en la mirada del otro.

Cuento de arena - Jairo Aníbal Niño
Un día la ciudad desapareció. De cara al desierto y con los pies hundidos en la arena, todos comprendieron que durante treinta largos años habían estado viviendo en un espejismo.

Motivo literario - Mónica Lavín
Le escribió tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontró más que una hoja de papel entre las sábanas.

El sillón - César Antonio Alurralde
Se lo pasaba sentado todo el día, su trabajo al menos así lo exigía. Sólo fue necesario un impulso de sus manos en el sillón de ruedas.

Las últimas noticias - Orlando Enrique Van Bredam
Serán aquellas que escucharemos o leeremos poco antes de morir, poco antes de convertirnos, también nosotros, en una mala noticia.

Supervivencia - Lorena Scigliano 
Todo salió como estaba planeado. Un nuevo terrícola llegaba por voluntad propia. El fin de la especie se inclinaba hacia otro rincón del universo.

Huelga - Ricardo Bernal
Mientras duermo, mi cabeza trabaja. Un día se va a la huelga. Nunca más despierto.

Discionario 6 - Guillermo Vidal
Paternidad: Participación forzada por causa de un hecho fortuito.

Troquel - Héctor Ranea
Te robé lo que pude, temblando de desesperación por besarte. Piel, saliva, sangre, todo lo que pudiera calentarme la vida por un tiempo. No me llaman vampiro, me consideran apasionado.

Reino vegetal - Magnus Dagon
Los visitantes sólo veían el color verde. Es por eso que nada más aterrizar intentaron dialogar con la hierba.

Triquiñuela - Sergio Gaut vel Hartman
Secuestró a todos los escritores, los puso de personajes en una microficción y encaró sin rivales la conquista del Nobel de Literatura.

Blanqueamiento - Olga A. de Linares
Tenía el alma negra como la noche. Buscando redención, se hizo adicta a la
lavandina.

Oriana Pickmann 
La luna de queso mengua a medida que nos la vamos comiendo. 

Copyright - Jacinto Deleble Garea
Junto con sus versos el buen poeta no sólo donó sus derechos de autor, sino también sus enveses.

Javier López
Fui a devolver el regalo que me había hecho mi novia. En la tienda, allí estaba ella, también con el mío.

Edilberto Aldán
Para el viaje llevo un puño de hormigas, ellas siempre encuentran el camino de regreso a casa.

Reclamación - Rafael Vázquez
Las maletas llegaron puntuales a su destino. Al propietario lo extraviaron.

Reprimenda - Maricela Torres
La médium se puso a hablar y hablar, a regañarme por ser tan holgazana y descuidada... efectivamente, había contactado con mi madre.

Un ego pequeño, pequeño - Miguel Dorelo
No parece poseer un ego de escritor. Aunque no se refieran específicamente a ninguno de sus parpadeos, a ninguna de sus ráfagas, se pone contento cuando alguien comenta: ¡Me gustaron todos!

Anabel Rodríguez 
Se ofrece lengua para negociaciones. Fresca, rosa, limpia, con papilas efervescentes. Ideal para comidas familiares tensas y negociaciones maritales. Contacto: Rollíngs Tonge

El efecto mariposa - José Manuel Dorrego Sáenz 
Siempre que una mariposa bate sus alas en Tokio, un grupo de sonrientes japoneses se dispone a fotografiar cualquier elemento arquitectónico en la Sexta Avenida de New York.

Alejandro Sosa
Su transición de la ciencia ficción al terror fue fantástica. Pero su paso de la fantasía a la ciencia ficción fue de terror.

Ciclo - Angela Schnoor 
Vino con las lluvias de marzo y se prendió al vidrio de mi ventana. La hoja verde aún se creía viva, pero el otoño, inexorable, ya amarilleaba su destino invernal.

El asesino - David Lagmanovich
No mató por matar: es que se moría por matar.

Misterios del tiempo - Alejandro Jodorowski
Cuando el viajero miró hacia atrás y vio que el camino estaba intacto, se dio cuenta de que sus huellas no lo seguían, sino que lo precedían.

La culta dama - José de la Colina
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”.
—Ah, es una delicia —me respondió—, ya estoy leyéndolo.

Para un tesoro de sabiduría popular - Adolfo Bioy Casares
Me dice la tucumana: “Si te pica una araña, mátala en el acto. Igual distancia recorrerán la araña desde la picadura y el veneno hacia tu corazón”.

Fundición y forja - Jairo Aníbal Niño
Todo se imaginó Superman, menos que caería derrotado en aquella playa caliente y que su cuerpo fundido, serviría después para hacer tres docenas de tornillos de acero, de regular calidad.

Derecho - Orlando Enrique Van Bredam
—Yo te voy a sacar derecho, mocoso —le dijo mi vecina al hijo y le dobló la espalda con los golpes.

Prodigio - Ricardo Bernal
Tú, y toda tu memoria, comienzan a existir un segundo después de leer este cuento.

Discionario 7 - Guillermo Vidal
Jubilación: Ganancia extraordinaria de gente que ya no está para que gente que no la va a poder usar.

Gimnopedias - Héctor Ranea
Quedé preso de un sueño de Satie en el que él cuenta las veces que giran las ruedas de la bicicleta, yo los pasos perdidos en la frutería donde comemos frutas con forma de pera.

Ingredientes añadidos - Magnus Dagon
El desdichado mago no reparó en que una cucaracha cayó en el caldero mientras preparaba el hechizo de transformación animal.

Alma - Sergio Gaut vel Hartman
Puso su alma en venta. Sólo llamaron farsantes que pretendían ser desalmados y sólo eran pobres diablos. Fundaron un club y juegan al gim rummy todos los sábados.

Maleficio - Olga A. de Linares
Primero había puesto en ella los ojos. Luego, también su corazón y su alma. 
Cuando lo abandonó, no solo lo dejó ciego, sino también hecho un zombi.

Oriana Pickmann 
Parece que la bolsa de valores tiene un agujero.

El Alzheimer de Yahvé - Jacinto Deleble Garea
El Diablo sólo sabe lo que Dios olvida.

Javier López
La amenaza alienígena se había concretado. Los hombres llegaron a su planeta. 

Edilberto Aldán
Es voluntad de Dios que la perfección de su obra sea contemplada eternamente, por eso al entrar al Paraíso nos arrancan los párpados.

Borradores - Rafael Vázquez
El amor es siempre el ensayo cuya obra nunca se realiza.

Diversión - Maricela Torres
El niño terminó de divertirse arrancando las alas a la mosca. Esa noche, un enjambre lo espera bajo la cama.

Verano del ’80 - Lilian Elphick
A Leo
Tengo un gato en mis rodillas durmiendo; siento que llegas, abres la puerta y también hago que duermo.

El hacker desencantado - Miguel Dorelo
No buscaba números de tarjetas de crédito ni datos personales; solo le interesaba robar ideas para sus cuentos. Grande fue su frustración al poder ingresar solamente a los archivos de un libretista de televisión.

Anabel Rodríguez 
Se buscan sueños ajenos por falta de memoria. Abstenerse pesadillas angustiosas, de esas que dejan mal sabor de boca. Contacto: zzzzzzzzzzzzzzzz.

Alejandro Sosa
Hoy casting de monstruos; se requiere experiencia pisoteando maquetas. 
Godzilla dudó un momento pero la falta de empleo lo impelía a caer así de bajo.

Preocupación - Orlando Enrique Van Bredam
—No se preocupe. Todo saldrá bien —dijo el Verdugo.
—Eso es lo que me preocupa —respondió el Condenado a muerte.

Rostros - Ricardo Bernal
Nos dijo que en la eternidad todos tendremos el mismo rostro.

Discionario 8 - Guillermo Vidal
Ficción: Dícese de lo que quedó de la realidad.

Nínive - Héctor Ranea
Asurnasirpal desolló mil prisioneros kurdos y con su piel tapizó su monumento. Lo glorificaron poetas y cantores. La estirpe de Asurnasirpal sembró el planeta con sus clones. Espero que los poetas, esta vez, no se equivoquen.

Precisión semántica - Sergio Gaut vel Hartman
Era tan ascético que algunos lo creían ácido. —No se equivoquen —le dijo a los comedidos que opinaban sin saber—, las eses no son mierda.

Asuntos temporales - Olga A. de Linares
Era un alma que vivía pendiente del tiempo: un almanaque.

Cobijo – Oriana Pickmann
En el frío de la noche del desierto, el cactus se envuelve con su sombra.

Pesimismo - Jacinto Deleble Garea
Sintiéndose avejentado, dijo Dios para sí: "ya no soy el que era".

Javier López
El sol se hizo famoso de la noche a la mañana.

Monólogo de Calígula - Marco Denevi
Si yo, el primero de todos, soy lo que soy (una bazofia), ¿qué puedo esperar del resto de los romanos?

martes, 23 de diciembre de 2008

83 ráfagas del 23 de diciembre de 2008


Bertold Brecht
Instruido por impacientes maestros, el pobre oye que es éste el mejor de los mundos, y que la gotera del techo de su cuarto fue prevista por Dios en persona.

Bertold Brecht
Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia.

Lilian Elphick & Sergio Gaut vel Hartman
Vendo alma; oportunidad única. Llamar al 666-666-666, horarios oficina. Intermediarios abstenerse.

Fragmentos para dominar el silencio - Alejandra Pizarnik
Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo.

Oliverio Girondo
¡Si Rubén no hubiera poseído unas manos tan finas!... Si no se las hubiese mirado tanto al escribir!...

Oliverio Girondo
¿Por qué no admitir que una gallina ponga un trasatlántico, si creemos en la existencia de Rimbaud, sabio, vidente y poeta a los 12 años?

Olivierio Girondo
Los únicos brazos entre los cuales nos resignaríamos a pasar la vida son los brazos de las Venus que han perdido los brazos.

Olivierio Girondo
Musicalmente, el clarinete es un instrumento muchísimo más rico que el diccionario.

Sweet revenge - Lilian Elphick
Un día el fantasma, cansado de vagar intentando encontrar un amor que le correspondiera, decidió reencarnarse en una hermosísima rosa con espinas venenosas. Así, muchas damas lo sintieron y tuvieron un recuerdo suyo.

La respuesta - Lilian Elphick
Estaba el maestro de zazen meditando en el campo. Sólo una vaca pastaba a unos cuantos metros de él. “Om”, dijo el maestro. “Mu”, contestó el animal, alcanzando el nirvaca.

En algún lugar del desierto chileno - Lilian Elphick
El cementerio se encuentra en pleno desierto, demasiado lejos de la ciudad. Los fantasmas recogen flores de cactus para adornar sus tumbas.

En Auschwitz - Lilian Elphick
Donde los fantasmas aún tienen un número tatuado en la memoria.

Cuerpos - Juan José Arreola
No olvide usted, señora, la noche en que nuestras almas lucharon cuerpo a cuerpo.

Indec – Santiago Fernández Subiela
Antes encontrarte una moneda de cinco centavos no servía para nada. Ahora encontrarte diez pesos… no sirve para nada.

Primavera - Mónica Cazón
Era el refugio ideal; cálido, sereno, seguro y mío. Lo supe cuando calmó su llanto y me miró.

Verano - Mónica Cazón
Quitaste mi sueño. Y desde entonces sueño soñar, para soñarte.

Invierno - Mónica Cazón
Confirmé la noticia en verano. Cuando nació, en julio, continuaba el verano.

Otoño - Mónica Cazón
Tengo el convencimiento de que su vida fue una realidad ya desde el pensamiento. Y desde entonces florece en mayo.

Sentido - Héctor Ranea
Todo pierde sentido cuando la última pluma del cuervo dice: Nunca Más.

Muertes - Héctor Ranea
La gente muere de dolor desordenado.

Leyendas eróticas 2 - Héctor Ranea
Gilgamesh yació con un ángel cuyo sexo estaba en el engarce de las alas con la espalda. Recuerda las plumas acariciándole, los gritos de ave satisfecha del supuesto ángel. Espera volver a encontrarlo.

Laceración indeleble - Héctor Ranea
Ella lloró sobre su regazo bajo el canelo, recuerda cada lágrima que se derramó porque dejaron, una por una, una cicatriz en su muslo.

Mitos chiquitos - Jorge Martín
El hombre de la bolsa: Aparece de repente y se roba todo los bienes haciéndolos desaparecer, muy en boga en algunas ciudades norteamericanas, ahora de uso común en todo el mundo.

Mitos chiquitos 2 - Jorge Martín
En las sesiones del congreso por razones que se desconocen, entre votos positivos y negativos aparece de manera aleatoria un voto positivo que no es.

Mitos chiquitos 3 - Jorge Martín
De origen incierto, en algunos lugares se expresa satisfacción después de una comida nocturna abundante gritando: ¡Docena!

Mitos chiquitos 4 - Jorge Martín
En el ámbito judicial se tiene por cierto que atrae la mala suerte sentenciar un delito grave luego de no menos de ciento cincuenta años de ocurrido el hecho.

Revelado rápido - Magnus Dagon
Descubrió que cuando fotografiaban a alguien la foto revelaba el instante de su muerte. Desde entonces odia salir en instantáneas.

Arquitectura orgánica - Magnus Dagon
El día que se rompa el David de Miguel Ángel los testigos van a llevarse una gran sorpresa.

Delicadeza racial – Magnus Dagon
No sabíamos que el humano era tan débil, por eso al estrechar su mano la convertimos en una masa gelatinosa.

Temor a lo irracional - Magnus Dagon
Conseguimos datar el libro, descubriendo estupefactos que era anterior al origen de la escritura.

Hombre y robot - José Luis Zárate
Que maravillas tiene esta época, pensó. ¿Dónde conseguiría el museo un humano?

José Luis Zárate
Las cartas que mandó alguien antes de fallecer se convierten en fantasmas manuscritos.

Etiqueta - José Luis Zárate
Atún. Agua. Aceite. Libre de Delfín. Puede contener rastros de sirena.

Burocracia - José Luis Zárate
Solo es real si está por triplicado.

Sueño de la mariposa - Chuang Tzu
Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu.

Andrés Diplotti
Curioso como algunos se quejan de la falta de fiabilidad de Internet y luego repiten como gran verdad cualquier cosa que oyen en la calle.

Andrés Diplotti
Después de mucho buscar, encontró el botón "deshacer" de la vida real. Lo apretó y tuvo que empezar a buscarlo de nuevo.

Desfasaje - Olga A. de Linares
Al releer las viejas cartas, volvieron a enamorarse. Pero de las personas
que habían sido entonces.
Misteriosa atracción - Olga A. de Linares
Era la mujer más misteriosa que había visto jamás, y la amó sin recaudos.
Hasta que no hubo más enigmas a resolver, y se volvió tan aburrida como
todas.
Caza mayor - Olga A. de Linares
Cupido los acompañó hasta el Civil y la Iglesia. Después, con una risa
malévola, partió a buscar más incautos.
Crímenes comunes - Olga A. de Linares
Cargando a su flamante esposa, cruzó el umbral del nuevo hogar. Por
desgracia, demoró en cerrar la puerta; la Rutina entró con ellos, y otro
amor desprevenido murió entre sus garras.
Lente - Oriana Pickman
Cuéntame qué tan ciego eres y te diré si eres cóncavo o convexo.

¡Silencio! - Oriana Pickman
Se dice de Van Gogh que ya no soportaba el parloteo de los girasoles. Se cortó las dos orejas.

Arte patológico - Oriana Pickman
Entre la neurosis de Munch y la bipolaridad de Van Gogh, están las voces esquizofrénicas de sus musas.

Síndrome de Halley – Oriana Pickmann
La inspiración que viene una vez cada 76 años.

La invocación - Jacinto Deleble Garea
La médium sordomuda tradujo el mensaje de la bruja difunta a lengua de signos y el viudo que le consultaba se esfumó.

Perogrullada - Jacinto Deleble Garea
Frotó la lámpara y en lugar de genio apareció un regordete querubín armado con arco y flechas. "Te concedo El Deseo", dijo...

Desorden internacional - Jacinto Deleble Garea
En la ONU las banderas de las distintas naciones flameaban unas contra otras ignorando la dirección del viento.

La gota - Jacinto Deleble Garea
Colman palabras al vaso del lenguaje. Rebosa llanto.

Javier López
Los habitantes de aquél pueblo andaban todos cabizbajos. Un vecino había perdido una lente de contacto.

Javier López
Arreglaron una cita. Sin permiso de su autor.

Javier López
Dios había perdido la fe en sí mismo.
Javier López
Iba a ser su primera aparición en público. El fantasma sentía los nervios del debut.

Edilberto Aldán
Vio un gigantesco pollo rostizándose en su propio sueño.

Edilberto Aldán
Tanta lectura para dejar el cerebro en los pañuelos.

Edilberto Aldán
Tener un amigo muerto facilita la conversación entre dos que ya nada tienen que decirse.

Edilberto Aldán
Ven, cosa, yo te diré tu nombre.

Robert K. Merton
Su tiempo de reacción era tan breve que siempre estaba dispuesto a arrepentimientos tardíos.

Omnívoro - Sergio Patiño Migoya
—Cuernos y pezuñas, herbívoro —respiró aliviado el biólogo experto en taxonomía.
—Cierto. Pero garras y colmillos, carnívoro —replicó el demonio antes de zampárselo de un bocado.

Optimistas - Sergio Patiño Migoya
Mientras el creyente pensaba que vivir era un dulce aperitivo del gran banquete del Cielo, el ateo veía la vida como la borrachera ideal: tras la muerte no hay resaca.

Pesimistas - Sergio Patiño Migoya
El creyente sorbía su existencia en someros sorbos, temeroso de una mala digestión de llamas y azufre; el ateo no se atrevía a comerse la vida, consciente de que después no habría postre.

El poliglotón - Sergio Patiño Migoya
La puerta de atrás no tenía cerrojo. Entró, comió un primer plato, un segundo y un tercero. Luego, por divertirse, eructó y eructó y con su aliento a jamón la casita derribó.

Peter Pan y cebolla - Rafael Vázquez
Lo internaron poque hablaba solo, porque asistía a bodas irreales, porque lloraba en entierros inexistentes. Él simplemente se negaba a abandonar a sus amigos imaginarios de la infancia.

Esquizofrenia fractal - Rafael Vázquez
Escucho voces que dicen que escuchan voces.

Fugaces - Rafael Vázquez
Alrededor de cada estrella fugaz giran planetas y lunas que albergan civilizaciones brevísimas.

Antigüedad - Rafael Vázquez
Alcanza la orilla una botella tallada en piedra con pinturas rupestres de un naufragio.

Desamor - Maricela Torres
Fue a terapia de pareja, visitó foros virtuales. Era imposible, ella y las matématicas nunca se entenderían.

Amor simbiótico - Maricela Torres
Felizmente, el parásito se instaló en el estómago del comensal. Juntos hasta que la muerte los separe.

Hasta que la muerte los separe - Maricela Torres
El proceso de divorcio fue rápido y discreto.

Veracidad - Maricela Torres
Era fácil pintar con exactitud la realidad que veia. Lo difícil era conseguir las modelos desfiguradas.

Paz - Carmen Rosa Signes Urrea
La paloma regresó a su refugio portando en su pico la pesada carga que nadie quiso recoger.

Terapia de choque - Carmen Rosa Signes Urrea
—Busco mi identidad —afirmó mientras descendía. Unos objetos se alejaban, otros cada vez estaban más próximos. Clin, clan, crac, plaf, chin, chan… Tarde descubrió que un espejo padece el síndrome de múltiple personalidad.

Regias costumbres - Carmen Rosa Signes Urrea
Sonaron las conocidas notas. Comenzó el baile.
Hasta que el príncipe saltó a la pista moviéndose a ritmo de rock’n’roll.

Delirio - Maribel Pumarejo Olivella
Y ahora, mi sombra me ha creído su sombra.

Discionario - Guillermo Vidal
Detractor: Modismo de algunas zonas de la Patagonia refiriéndose al peón dedicado exclusivamente al manejo del tractor.

Diccionario 2 - Guillermo Vidal
Carátula: Araña de biblioteca, de gran tamaño, que consume papel y hace su tela sobre los libros, de ahí que se conozca popularmente la tapa de estos con el nombre de carátulas.

Diccionario 3 - Guillermo Vidal
Dinosaurios: Animales descubiertos en el cine que se prevé permanecerán en secuelas durante cincuenta millones de años.

Diccionario 4 - Guillermo Vidal
Presidente: Popularmente, un ex que actualmente está a cargo sin ejercer la función.

Amor - Ricardo Acevedo Esplugas
En su modesta habitación en el Cielo (con vista al Sol). Martí tiene un busto de cada un de nosotros.

Suicida - Sergio Gaut vel Hartman
Vi a uno tirarse de un sexto piso y caer en el octavo. ¡Yo veo cada cosa!

Pecado capital - Sergio Gaut vel Hartman
Se durmió en la biblioteca mientras leía el Ulysses. Joyce no pudo soportarlo y lo apuñaló dos veces, una vez de cada lado.

Artimaña - Sergio Gaut vel Hartman
Solucionó el problema de los robos a su casa abriéndole la puerta a los ladrones. Estos, desconcertados, se iban sin llevarse nada.

Van Gogh - Sergio Gaut vel Hartman
A partir del episodio de la oreja, muchos pensaron que se harían famosos mutilándose. Pero sólo unos pocos supieron dónde cortar.