miércoles, 20 de agosto de 2008

26 parpadeos del 20 de agosto de 2008


Ramón Gómez de la Serna
Aquella niebla fue tan fuerte, que cuando pasó había borrado los rótulos de las tiendas.

Enrique Anderson Imbert
—Alégrate. Tu deseo ha sido otorgado. Escribirás los mejores cuentos del mundo. Eso sí: nadie los leerá.

De nuestros exploradores en la Tierra muerta - Georges Bormand
Hemos descubierto una ciudad sumergida. Parece Nueva York.

El viajero del tiempo - José Vicente Ortuño
…se encontró a sí mismo y no se gustó.

Cuento de horror - Juan José Arreóla
La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de las apariciones.

Acosadores – Juan Pablo Noroña
—Señor, ¿desea chica, habano, salsa, alojamiento?
—Llévame ante tu líder.

Max Aub
Lo maté en sueños y luego no pude hacer nada hasta que lo despaché de verdad. Sin remedio.

Universo con desperfectos – Sergio Gaut vel Hartman
—Disque 3467 y espere.

Homero Santos - Juan José Arreóla
Los habitantes de Ficticia somos realistas. Aceptamos en principio que la liebre es un gato.

Copyright - Pere Calders
Alguien me ha hecho a mí y he sido vendido. Nunca he podido saber quién ha cobrado los derechos ni si ha sido un buen o un mal negocio.

Demasiado Tarde - Federico Schaffler
Cuando Jesucristo regresó, ya no estábamos.

Juan José Arreóla
La última vez que nos encontramos Jorge Luis Borges y yo, estábamos muertos. Para distraernos, nos pusimos a hablar de la eternidad.

De cuando los animales hablaban - Pere Calders
“Hay una tendencia excesiva a halagar a las hembras. Se ha hablado mucho de la gallina y nada de mí, que soy el gallo de los huevos de oro”.

Ramón Gómez de la Serna
"¡Un duelo a pistola!", gritaron los árboles del bosque y echaron a correr.

Restaurant en Rigel IV – Sergio Gaut vel Hartman
—¡Mozo! ¡Este humano está absolutamente crudo!

Peligros de los refranes - Saurio
Se fue a Sevilla. Murió de pie.

Errata - Max Aub
Donde dice:
La maté porque era mía.
Debe decir:
La maté porque no era mía.

Gran final - Adolfo Bioy Casares
El viejo literato dijo a la muchacha que en el momento de morir él quería tener un último recuerdo de lujuria.

El reencuentro - Bertolt Brecht
Un hombre que hacía mucho tiempo que no veía al señor K. le saludó con estas palabras:
—No ha cambiado usted nada.
—¡Oh! —exclamó el señor K., empalideciendo.

Ramón Gómez de la Serna
Estaba sentado en la terraza del café cuando vi que su corbata azul se volvía negra. Él sólo lo notaría al llegar a su casa.

Max Aub
Lo maté por no darle un disgusto.

El cortés - Max Brod
Una tarde, Kafka me visitó, y atravesó impensadamente una pieza donde estaba recostado mi padre. Éste se despertó, y Kafka murmuró al pasar:
—Le ruego, considéreme un sueño.

Guillermo Cabrera Infante
El general preguntó la hora y un edecán se acercó rápido a musitar: "La que usted quiera, señor Presidente".

La calumnia – Fernando Sorrentino
Cuando vio que Zutano escribía sobre una pared la frase FULANO ASESINO, Fulano, indignado, se lanzó contra Zutano y lo estranguló.

Sinergia – Ricardo Germán Giorno
Fuera del tiempo y el espacio, Dios tronó:
—¡Hágase la luz!
Y cayeron dos cubitos de hielo en mi vaso de whisky.

Raúl - Hernán Domínguez Nimo
El cataclismo barrió la superficie del planeta. Millones de personas perecieron, apenas un centenar sobrevivió. Raúl, el protagonista de este cuento, no fue una de ellas.

23 ráfagas del 20 de agosto de 2008


Augusto Monterroso
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Alfonso Merelo
Era el último hombre sobre la Tierra y de repente, alguien golpeó la puerta...
—¡Lestaulante chino, señol!

Nunca más - Ruth Ferriz
Después de despertar a la princesa que durmió cien años, el príncipe no logró convencerla para que accediera a dormir con él.

Las delicias de la promiscuidad - Édgar Omar Avilés
—Mamá, ¿quien es mi papi?
—No lo sé, hijo, eres un bebé de probeta...
—¿Qué es eso?
—Probe tantos hombres, que no sé quién es tu papá.

El espejo del alma - Pere Calders
No nos habíamos visto nunca, en ningún sitio, en ninguna ocasión, pero se parecía tanto a un vecino mío que me saludó cordialmente: él también se había confundido.

Página Asesina - Julio Cortazar
En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las 3 de la tarde, muere.

Monterrogibsoniana - Bernardo Fernández (Bef)
Y cuando despertó, el cielo todavía tenía el color de un televisor
sintonizado en un canal muerto.

El apocalipsis según Ballard - Sergio Gaut vel Hartman
El tiempo se hace arena y sumerge las ciudades.

Propiedades del colibrí - Jorge Ariel Madrazo
—Diga su última voluntad —conminó el jefe del pelotón.
—Deseo que cada soldado piense durante cinco minutos en un colibrí.
Así lo hicieron. Luego, ninguno osó oprimir el gatillo.

El expreso - Pere Calders
Nadie quería decirle a qué hora pasaría el tren. Le veían tan cargados de maletas, que les daba pena explicarle que allí no había habido nunca ni vías ni estación.

Asimov de la selva - Sergio Gaut vel Hartman
—Yo, robot, tú, Jane, supongo.
—No, cacharro inservible, tú, robot, yo, Livingston.

La prueba - S. T. Coleridge
Si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño, y le dieran un flor como prueba de que había estado ahí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano… ¿entonces qué?

Nostalgia y hospicio - Jorge Ariel Madrazo
Ella me reprendía, entre carcajadas: “¡Cállate, tú eres demasiado loco…!” La extraño tanto, hoy, en mi hospicio de alhucemas…

Aracnofilia - Rodolfo J.M.
Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró convertido en una enorme cucaracha que pataleaba en la tela de una todavía más enorme viuda negra.

Maniadick - Sergio Gaut vel Hartman
—¿Hablo con el FBI? Tómenme en serio, por favor. Me persigue un androide loco y me quiere matar.

Dilema - Aymer Waldir Zuluaga Miranda
Siempre decidieron por él. En el funeral llegó la ocasión, pero se quedó petrificado ante la encrucijada: ¿Café? ¿O té? ¿Cuál bebida caliente elegirá Su Majestad, hace poco huérfano y ahora viudo?

Obcecación - Pere Calders
Entre ir al cielo o quedarse en casa, prefirió lo último, pese al poder de la propaganda contraria, y del hecho de que en su casa había goteras y muchas y muy variadas privaciones.

El cuadro - Edgar Omar Avilés
De la galería todo quedó reducido a ceniza: aun las puertas, las vigas del techo, las estatuas y el decrépito velador. Pero se salvó un pequeño cuadro, donde estaba pintado el incendio.

Prepotencia sturgeoniana - Sergio Gaut vel Hartman
—¡Esto es insólito! ¿Desde cuándo los actinopterigios escriben libros sobre la Gestalt?
—Yo no soy un esturión cualquiera —respondió el pez, fosforescente de rabia—. Yo soy más que esturión

Dificultad - Mónica Cazón
No es sencillo ser mujer. Tampoco lo es ser hombre. Quizás el secreto para la sencillez sea seguir siendo niños.

Al fin mujer - Ruth Ferriz
La vampira era hermosa, los ojos de sus amantes se lo habían dicho una y otra vez. Sin embargo, al fin mujer, hubiera dado cualquier cosa por poder contemplarse en un espejo.

Tiempos difíciles - Jorge Ariel Madrazo
Los hombres-rana de la antigua China no podían ejercer su arte: a cada rato les eran pedidas las ancas para la cena del Emperador.

Ursula incomunicada – Sergio Gaut vel Hartman
—¡Hola, hoooola! ¡Qué ansible de porquería! ¡Hooooolaaaaaaa!