martes, 21 de octubre de 2008

23 ráfagas de Héctor Ranea


Encuentro - Héctor Ranea 
Al subir al carruaje del cortejo fúnebre, Stephen Dedalus encontró repantigado en el asiento a un dinosaurio.

Álgebra - Héctor Ranea 
Si por medio del álgebra su padre podría haber sido el fantasma del padre de Hamlet, ese vaso de whisky podría haber sido, por la misma vía, soñado por Shakespeare.

Quarks - Héctor Ranea 
En la mitad de la noche, un bramido sale de la cervecería. ¡No tenemos ni un quark de cerveza!, grita Muster Mark. Su esposa le recrimina que estuvo tomando de a tres pintas toda la tarde.

Joyce - Héctor Ranea 
Conocí una vez un tipo que decía escribir mejor que Joyce. Nunca más supe de él, a Joyce lo leo seguido.

Protesta - Héctor Ranea
Los riñones de cordero deben ser consumidos con más cocción, protesta el Ministerio de Salubridad pública.

Mrs. Bloom - Héctor Ranea 
¿Cómo será pasar el verano escondido entre las piernas de Mrs. Bloom?

Mrs. Bloom 2 - Héctor Ranea 
¿Cómo será pasar el invierno escondido entre las piernas de Mrs. Bloom?

Presentimiento - Héctor Ranea
En el prostíbulo, Stephen prevé que su imagen será transmitida en blanco y negro en un cine con descuento para jubilados y estudiantes.

Lechera - Héctor Ranea
La lechera que lleva a Malachi y Stephen la leche esa mañana, la contaminó ligeramente con mescalina.

Héctor Ranea
Nos sacan a pasear todas las mañanas alrededor del mástil de la horca donde seremos colgados. Cada día es un recordatorio del último.

Redoble - Héctor Ranea
En el calabozo nos dejan soñar, a veces, con el redoble de tambor que precede al fusilamiento.

Pirámide - Héctor Ranea
Hay una puerta en la selva que no conduce a ningún lado. Cerca de ella, una pirámide cubierta de selva no tiene más gritos que algunos ecos débiles.

Wilde - Héctor Ranea 
Conocí California, Paris y el cuerpo de mi amado. Ahora en las galerías de la muerte apenas sobrevivo para poder morir en sus brazos.

Apenas por el espesor de un ala de mariposa - Héctor Ranea 
Dicen que Sidharta Gautama salvó a una mujer de ser mordida por una cobra. Su colmillo derecho pasó entre el ala de una mariposa y la muerte.

Fusilamiento - Héctor Ranea 
Los soldados llevaron cien peones al costado del camino. Los pusieron en fila. No llegaron los ángeles de Silvio a parar la masacre.

Periplo - Héctor Ranea 
En apenas el tiempo que la luz emplea para viajar una distancia igual a un átomo y volver, la mente borra todo para poder gozar del sexo.

Hueso 3 - Héctor Ranea 
Esa expedición paleontológica fue exitosísima. Encontraron un tercer dinosaurio que murió mientras presenciaba el parto de una rata.

Hueso 4 - Héctor Ranea
Las bacterias iban a convertirse en petróleo. Las encontraron reunidas en el pozo cavilando sobre el destino de la vida. Moribundas.

Dinosaurios soñados - Héctor Ranea
Confieso que sueño dinosaurios desde antes de saber qué eran. No recuerdo cómo los soñaba, sin embargo.

Ave - Héctor Ranea
En la escalera de la pirámide de Kukulkán habita un ave cuyo nombre parece Quetzal. El real está escrito en una de las hebras de su cola. Pakal pudo leérselo el día después de su muerte.

Tierra - Héctor Ranea
En el golfo flotan dos peces muertos, los últimos dos peces de mi pobre planeta en agonía.

Humo en la letra - Héctor Ranea 
Cierto autor no pudo pasar de su poema número 68 para no hacer enojar al párroco de la Primada.

Tarántula - Héctor Ranea
Nadie le creyó a Timéntibo cuando aseguró que El Tarántula lo secuestró desde su inodoro el equinoccio de otoño. Fue un error, pues volvió por ellos.