sábado, 25 de septiembre de 2010

Parpadeos parejos de Giorno y Ranea





Corazón – Razón (Ricardo Germán Giorno)

Cuando el corazón habla, la razón duerme

Cuando la razón habla, el corazón ignora

Cuando el corazón manda, la razón se suicida

Cuando la razón manda, el corazón endurece

“El corazón tiene razones que la razón no comprende”, dijo el corazón. “Las sandeces no son razones”, dijo la razón. Y los dos se miraron fijo

“¡Las ideas no se matan!”, dijo la razón. “Pero puedo mezclarlas”, contestó el corazón. Y los dos entraron en fase

Cuando el corazón duerme, la razón flota

Cuando la razón duerme, el corazón es niño

Cuando el corazón duda, la razón especula

Cuando la razón duda, el corazón aprovecha

Cuando el corazón y la razón están de acuerdo, el fin se aproxima

Cuando la razón hizo suyo el postulado de “la extraña levedad del ser”. El corazón no paró de reírse.

“El corazón es un cazador solitario”, se identificó el corazón. La razón le abrió la puerta: “la presa es siempre la misma”

Cuando el corazón mira, la razón lee

Cuando la razón observa, el corazón se desconecta

“Pienso, luego existo”, dijo la razón. “Amé. Amo. Amaré”, dijo el corazón, y cabalgó aun más salvaje

La perseverancia es a la inspiración como la razón a los sueños, dijo la razón. El corazón se alzó de hombros y continuó con la cacería

“Las verdades no constatadas ¿son verdades?”, pensó la razón. “Lo prohibido tiene gusto pero no sabor”, dictaminó el corazón

“El dolor no existe, dijo la razón, sólo es una etapa más de la sensibilidad”. El corazón continuó llorando

“La distancia es una cuerda enrollada”, dijo la razón. “La distancia es la promesa de un beso”, dijo el corazón. Y los dos enturbiaron la mirada.


Ráfagas sin otro sentido – Héctor Ranea

El escritor pensó, aterrado, que cuando le cortaran una mano sería como si lo cegaran.

La pierna de un pirata fue encontrada en una peatonal de un puerto de zombies, comprando zapatos.

El viajero tomó sus recuerdos, armó una valija con sus pensamientos y se colgó del aire. Una tormenta lo salvó de ahogarse en llantos.

Bailaba un vals enfermo, tieso como una estatua. Su compañera era la muerte, que brillaba de alegría.

Terminaron de amarse simultáneamente, como habían empezado. Al derrumbarse todo dentro de sus ojos, encontraron la soledad de las almas sin sosiego.

Soledad de ojos mutilados, de pómulos hirvientes de lágrimas. Nada seca las lágrimas, nada, ni el Sol.

Caminaba por esa plaza donde habían compartido ese primer beso. Todo tan lejano ahora. ¿Eso era la soledad?

Regresaron sin proponérselo al mismo árbol, a la misma vereda sin luz. Pero uno de los dos no estaba.

En la ribera del recuerdo, un álamo susurrante, un pájaro encantado, un río alado, callarían para escuchar las palabras que al desamor lo declararon tan solemnemente.

Se puede meter en una jaula todas las velas, pero no su luz. Entendió el poeta.

En las personas que no se aman más perdura la alegría de haber amado.

Regreso en un sueño al lugar del primer beso. Ya no existe pero sé que está ahí. Al despertar, consigo en mis labios tener la misma sensación que ya no es mía.

La profundidad del mar no se compara con el amor que ha muerto. Por eso el suicida cambió de idea y rumbeó adonde estaba ella.

Repitió en forma obsesiva todo lo que había caminado con la persona amada para comprender por qué había dejado de amarla. Lo veían caminar al revés, pero todos reían sin comprender.

En cada vuelta del camino creía ver su sonrisa dibujada por las sombras, hasta que al ver sus ojos se estrelló contra un recuerdo y recobró el sentido cuando volvió con ella.

En una partida de ajedrez, él movía las blancas, sus recuerdos dejaba quietas las sombras.

No hay nada de amor ya, dijeron en silencio y se alejaron. Sus sombras se tomaron de la mano y siempre andan juntas en los parques.

Cuando Abelardo prometió a Eloísa un poema, logró de ella un beso. Cuando calló, ella se entregó toda.

No hubo palabras, sólo un movimiento. Lo último que vio fueron brazos que se animaron a recibirla.

Llevo en mi piel tus recuerdos pegados con tus lágrimas.

martes, 21 de septiembre de 2010

Cuenta Regresiva de Juan Manuel Valitutti

ÉPICO

49 – La pluma es más poderosa que la espada
El héroe remontó la torre, halló una puerta y la abrió. Encontró al mago sentado en un atrio. El mago le preguntó qué quería. El héroe le contestó:
—Matarte.
El mago alzó entonces la pluma y dijo:
—Soy el autor de tu vida. Si me matas, ¿qué pasará contigo?

48 – Fortaleza
La fortaleza había esperado por siglos, hasta que vio llegar un ejército. Dejó caer su puente levadizo y franqueó el paso armado.
—¡Está vacía! —rugieron los campeadores.
Pero la fortaleza latía y anhelaba…Izó su viejo puente y obturó todas las salidas, y tumba fue de la hueste.

47 – No quieres saber
—¿De qué hablan esos guardias? —preguntó un reo al otro.
El interpelado se acercó a los barrotes y estiró el cuello.
—De los ruidos que se oyen en nuestra celda —informó.
—¿Molestamos?
—Dicen que es extraño, ya que los reos que la habitaban… ¡fueron ejecutados hace semanas!

46 – Casi
Los siete enanos cruzaban el río.
—¡Lo logramos! —anunció el guía.
Los vítores se elevaron al unísono.
Se volvieron y contemplaron la corriente dominada.
Entonces vieron pasar los cuerpos de siete enanos arrastrados por las aguas.
—¡Ejem! —carraspeó el guía—. Parece que nos quedamos cortos…

45 - Una vez más
—¿Otra vez usted? —El verdugo se rascó la cabeza—: No es un hombre fácil de convencer, ¿eh? Siéntese, le referiré todo el asunto una vez más… pero, por favor, ¿quiere quitarse esa soga del cuello? ¡La maldita cosa me pone los pelos de punta!

44 – De tal palo…
La niña atravesaba el puente.
—¡Alto! —gorjeó el trol.
La niña tomó su masa y golpeó el adoquinado.
Y el trol cayó al río…
—¡Mi guerrera! —El vikingo alzó a la pequeña—. ¡Abrazo mortal!
Y la niñita abrazó a su papá hasta estrujarlo.

43 – Guerrero
El guerrero esperaba la orden de ataque.
—Oye, ¿qué tanto dudas? —rugió una voz—. Tienes las piezas blancas: ¡Mueve!
El guerrero no oyó la voz ni sintió la mano que lo izaba y lo hacía sobrevolar el terreno calcinado de la batalla.

42 – En cuotas
La dama esperaba en la noche.
Una flecha se clavó en un árbol.
Mensaje del amado: ¡pronto estarían juntos!
Pero llegó otra saeta…
La misiva era de los guardias, y venía con dedo incluido: “No se preocupe, después le mandamos el resto.”

41 – Sólo para elegidos
—¡Sólo el elegido podrá retirar la espada de la roca! —anunció el hechicero.
—¡Y ahora me lo dicen! —El joven caballero soltó la emperrada empuñadura y sopló sobre las llagas de sus manos—. ¡Toda la noche tironeando como un pelotudo!

40 – Los siete magníficos
El gigante esperaba al Mago Blanco. La batalla cundía y necesitaban refuerzos.
Llegó el hechicero.
—¿Noticias de los siete prometidos? ¡No los veo!
El gigante, compungido, admitió:
—Yo tampoco los vi… —y enseñó la bota embadurnada con los siete magníficos.

39 – Los libros no muerden
El aprendiz de hechicero robó el libro mágico del Mago.
Cuando cruzaba la puerta, el libro lo increpó:
—¡Existen 39 razones para que evites llevarme!
—¡Buen intento! —aplaudió el joven, y atravesó el umbral…
Murió 39 escalones más abajo.

38 – Regia
El Rey se detuvo ante la alcoba nupcial y encaró a los centinelas:
—¡Les ordeno que me dejen pasar! —bramó.
—Lo siento, mi Señor. —Los guardias cruzaron las lanzas sobre la puerta—. Su mujer grita más fuerte.

37 – Qué quiere que le diga
—Dime, bruja —comenzó el rey—, ¿qué ves en el caldero?
—Con todas estas alas de murciélago y patas de rana —espetó la fea bruja, revolviendo el caldo—, no mucho… ¡Sea bueno! Páseme la sal, ¿quiere?

36 – Que trata de la suerte
Los soldados se jugaban a la mujer.
Tiraron los huesos y uno de ellos ganó.
—¡Será mía! —dijo, y los demás asintieron.
El ganador se volvió hacia su trofeo…
La mujer, todo huesos, enarboló la guadaña.

35 – Avidez
El puente levadizo descendió y mordió el borde de la calzada.
El caballero rojo espoleó su montura y comenzó a atravesar los viejos montantes.
El negro azufre de la fosa seguía ávido la marcha escarlata.

34 – Mayoría de edad
Los niños decidieron hacerse hombres: matarían a un dragón.
La bestia dormía apaciblemente cuando las pequeñas sombras invadieron el recinto.
Brillaban las espadas, y el dragón abrió un ojo:
—Soy juguete del Destino —dijo.

33 – Trato hecho
—¡Valor, mi señora! —dijo el bravo, y echó un vistazo a los orcos amenazantes—. ¡Yo os salvaré!
—¡Absolutamente! —aprobó la dama, y empujó al campeón a la vorágine de uñas y dientes.

32 – Eterna caída
Debía escapar de la torre.
Hizo una soga con los sucesivos cortes de su cabello.
La lanzó por la tronera.
Intentó el descenso y cayó.
Sólo la pluma del autor lo rescata…

31 – Nunca salga sin su amuleto
—¡El poder del amuleto nos salvará —sentenció el Mago.
Los enanos presentaron el talismán.
El mago tomó el objeto y lo lanzó a la cabezota del gigante.
Rajaron cuando quedó inconsciente.

30 – Bueno por conocer
El gigante cayó herido de muerte.
El caballero del escudo misterioso había salvado al reino…
¡Mas ahora la pregunta es quién salvará a nuestro reino del caballero del escudo misterioso!

29 – Armadura
La armadura esperaba a su dueño.
Muchos probaron. Pero nadie era digno.
Hoy la armadura sigue esperando… ¿Quién uncirá sus extremos: el aire, el agua, la tierra, el fuego?

28 – Creación
El caballero rojo rugió. El caballero negro bramó. Las espadas se cruzaron. La sangre corrió… Entonces sobrevino la tormenta, y la lluvia cayó sobre el verso del bardo.

27 – Batalla
Acero con acero. Sudor con sudor. Imprecación va e imprecación viene. Ceños fruncidos. Ojos inyectados. ¡Dientes apretados! Poco a poco, la batalla, va moldeando a los hombres.

26 – Sacerdote
El sacerdote ungió al soberano. Todos vitorearon al salvador.
—Primero, deberá salvarse él. —El religioso rió con crueldad—: ¿Creen que lo he consagrado a Dios?

25 – Después
—¡Tómame, mi amor! —pidió la mujer.
Pero el hombre ya sopesaba el peso del acero.
—Después —dijo, y abrió la puerta a la otra batalla.

24 – Incluso los príncipes, ¿o qué creían?
—¡Tienes razón, padre! —reconoció el príncipe.
—¡Bien! —El soberano enarboló el cinto—. ¡Inclínate!
Y el príncipe, el culo al rojo, abandonó los aposentos.

23 – Pasaje temporal
Los caballeros atravesaron la boca de la ignota cueva.
Retrocedieron aterrados, sus monturas a todo galope, ya que un tren casi los embiste.

22 – La vuelta
—El estandarte es rojo, mi Señor.
El capitán de la tropa apartó los pendones negros y bajó la vista.
—Hemos perdido —anunció.

21 – La princesa
La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?
¡Su macho duerme del otro lado de un espadón hasta Dios sabe cuándo!

20 – Espada
¡Oh, escuchad! ¡Las espadas cantan! Y los bravos que las blanden corean de fondo los sones de sus repetidas muertes…

19 – Cambio de guardia
—¿Quién va?
—Tu reemplazo.
Los guardias estrecharon manos.
—¿Mucho frío? —indagó el advenedizo.
—No —contestó el saliente, ¡y desapareció!

18 – El elegido
Le anunciaron:
—Eres el elegido para salvar al Reino.
El muchacho pensó: “¡Mierda!”
Finalmente, dijo:
—¡Loado sea Dios!

17 – Repite después de mí
—El monje es bueno… —El niño vio que el monje se repasaba los labios con la lengua.

16 – Virgen
Se arrimó segura al unicornio.
El hermoso animal le guiñó un ojo y apuntaló el cuerno.

15 – Guardián
—No puedes pasar —dijo el guardián.
—¿Qué es esto? —se quejó el príncipe—. ¿Kafka?

14 – Catorce guerreros, según la profecía
—¿Cómo que trece? —El campeador estaba furioso—. ¿Y el catorceavo?
—Escribiendo, Señor… ¡Escribiéndonos!

13 – ¡Fue la reina!
—¡Fue…! —Los dedos crispados soltaron la copa envenenada y el Rey se murió.

12 – Gutural
¿Y qué esperaban? ¡Es una caverna, maldición! ¿Cómo describirían ustedes su voz?

11 – Música para enanos
¡El martillo sobre el acero, y el acero sobre el yunque!

10 – Regio
—Mi cetro brilla —dijo el tirano—. ¡Oscurézcase el orbe!

9 – A mandíbula batiente
El caballero animó una fogata.
El dragón se rió.

8 – ¡Fácil!
—¡Quiero reír, bufón!
—¡Encare el espejo, su Majestad!

7- Pócima
—¿Para matar?
—¡No, hombre, para el vientre!

6 – Negocio peligroso
Joyas en la barriga del dragón.

5 – Sortilegio
—¿Qué dices, puerta? ¿Te abrirás?

4 – De lo que la bruja mala le hizo al Rey
—¿Qué parece?
—¡Un sapo!

3 – ¿Cuáles son tus tres deseos?
—Ir, ver, vencer.

2 – Oración
—¡Uy, Dioses!

1 – Estrategia
—¡Corran!

0 – El mago de la torre deja la pluma a un lado: la obra —la vida— ha terminado

sábado, 11 de septiembre de 2010

TU NOMBRE SE ESCRIBE CON SANGRE II Héctor Ranea, Sergio Gaut vel Hartman y Daniel Frini



49 – Opus Magna – Sergio Gaut vel Hartman & Héctor Ranea
Tres escritores se propusieron escribir mil ficciones con Drácula como protagonista. Pero no lo lograron. Por algún inexplicable motivo amanecían exangües. Luego se supo que el Conde estaba escribiendo mil ficciones sobre tres escritores. Él sí lo logró. El libro resultante se llama Sus nombres se escriben con sangre.

48 – Stoker encuentra, Drácula ejecuta – Héctor Ranea
—¿Es usted el renombrado novelista? —preguntó la bonita vendedora de pescados a Bram Stoker.
—No diría renombrado pero sí novelista, ¡pardiez!
—Ya podrá saborear el éxito —replicó educadamente la pescadera—. Mientras tanto, déjeme saborear su cuello.
Y así diciendo le saltó ferozmente ahí, transformada en una grotesca sanguijuela.

47 – Daniel Frini & Sergio Gaut vel Hartman
Se recuerda el caso del inspector Zubieta, cuyo cuerpo apareció desangrado en el patio de armas del palacio Tepes. Parece que durante un feriado largo, con los bancos de sangre cerrados, el conde, padre al fin, tuvo que extremar recursos para asegurar el alimento de sus vástagos.

46 - Saudades de un país lejano – Daniel Frini
Vlad mira al río inmóvil por la ventana de su departamento. Está llorando. Recuerda, nostalgioso, el sabor de la sangre de las muchachas de Transilvania —hace muchos años, en su infancia—, tan distinta al gusto insulso de la sangre de las muchachas de Buenos Aires.

45 – Prostitución artificial – Héctor Ranea
—Bebe de mí —dijo ella con una voz ligeramente gatuna—. Hazme inmortal.
El Conde hincó los dientes pero saltó asqueado.
—¡Pero es silicona líquida! —se quejó, tratando de quitarse lo amargo de la boca.
—¿Y por este precio pensabas que sería una mujer real, chitrulo?

44 – Voga longa – Héctor Ranea
Entre las miles de naves que surcan el Gran Canal de Venecia durante la gran fiesta de la Voga Longa, se destaca la de Vlad, que sigue circulando por la noche empalando jóvenes para mantenerlas en su freezer para las épocas de mala racha.

43 – Gracias a los mayas – Sergio Gaut vel Hartman
Durante el congreso de vampiros realizado en enero de 2012 se aprobó una moción de Vlad Tepes para capitalizar los presagios y aprovechar el terror colectivo. Los desgraciados, mansos, entregaban sus cuellos para ser parte de la minoría que sobreviviría a la catástrofe.

42 – Daniel Frini & Sergio Gaut vel Hartman
Cuentan que el Doctor Frankestein quiso ponerle colmillos a su criatura.
—No —dijo Vlad —. ¿Para qué tanto esfuerzo? Traemos a la criatura al laboratorio y la transfundimos todos los domingos. Yo me ocupo de conseguir la sangre —agregó refregándose las manos.

41 Un trabajo honrado – Daniel Frini
En las calles de toda Rumania, aún hoy, puede oírse el sonido de la armónica llamando a los habitantes; que, después, sobre un vehículo parecido a una bicicleta y en una posición extraña, recurren al centenario arte del afilado de colmillos.

40 – Percance – Sergio Gaut vel Hartman
No hay nada más desafortunado que morder el hueso de una aceituna supuestamente descarozada. Algo parecido le ocurrió al Conde cuando hincó los colmillos en una garganta que tenía una prótesis de platino en lugar de la nuez de Adán.

39 - Las muñecas de la nena de la familia Tepes - Daniel Frini
—Ya a los seis años —contaba la mamá de Drácula —Vladito mordía el cuello de las muñecas de su hermana. Caminante que pasas por Transilvania, cuídate de las muñecas con ropaje antiguo. Los vampiros no son sólo exhumanos.

38 - Dice el Libro - Daniel Frini
En el principio, Dios creó los vampiros. Era de noche. Y dijo Dios: No es bueno que los vampiros tengan hambre. Entonces creó al hombre a partir de un colmillo. Después hizo el día y la radiación UV.

37 - Clase de literatura - Daniel Frini
—Los verdaderos temas del Drácula de Abraham Stoker son el desamor, la soledad, la ira... —decía el profesor Allman a su discípula Betty, mientras ésta, ajena a cualquier análisis literario, sorbía sedienta la yugular de su maestro.

36 - Sed - Daniel Frini
¡Sangre, por favor!
Seguimos acá siglos después de la muerte del último ser viviente y en la tierra sólo hay androides. Es horrible ser vampiro, si lo único que podemos sorber es aceite para transmisiones hidráulicas.

35 - «Si te muerden el cuello del lado derecho, ofréceles el izquierdo» - Daniel Frini
…solía decir el cura Braulio. Le mordieron el derecho, el izquierdo, ambos brazos, las piernas y hasta las partes pudendas. Hoy da la Unción de los Enfermos a personas vitales, a punto de ser sometidas.

34 – Alliumfobia - Daniel Frini
Los vampiros odian el ajo desde los tiempos en que la mamá de Drácula le hacía comer un diente en ayunas, todos los días hasta que Vladito cumplió quince años, para prevenir los resfríos.

33 – Los consejos de la envidia – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
—Vaya a esta dirección. Lo encontrará durmiendo —dijeron los escritores fantasma a Drácula.
El Conde fue, bebió y volvió con otro vampiro. Ahora esos escritores envidiosos trabajan para ambos por toda la eternidad.

32 - La mamá de Drácula… - Daniel Frini
…cansada de que Vladito le clavara los colmillos en las tetas cada vez que lo amamantaba, lo llevó al dentista que, años después, sería el primer odontólogo empalado. Los colmillos son postizos

31 - El despertar sexual de Vladito - Daniel Frini
—Oiga doña Drácula —dijo el empleado de la gomería —dígale a su hijo que no muerda más el cuello de la muñeca inflable. Ya no me queda lugar para ponerle parches.

30 – Veneciano en Rumania – Héctor Ranea
—En casa tengo el catálogo de las mujeres a las que amé —dijo orgulloso Casanova
—En mi castillo tengo las tumbas de las mujeres que bebí —contestó humildemente el Conde.

29 - Problemas ancestrales - Daniel Frini
—¡Carajo, carajo, carajo! —gritó el vampiro—. ¡Estoy harto de ir al trabajo despeinado y sin afeitar! ¡Tanta tecnología, y a nadie se le ocurrió un espejo que refleje vampiros!

28 – Drácula versus Shelley – Héctor Ranea
—Señora Shelley —anunció el mayordomo—. El Conde Drácula espera abajo.
—Gracias Gawin, termino de coser a mi amigo acá y bajo a presentárselo —contestó ella con bastante sorna.

27 - Última línea defensiva – Héctor Ranea
Cuando debían destapar las cloacas del castillo Vlad, hasta Igor debía usar máscara. Las heces de Drácula contenían tanto amoníaco que ellas solas hubieran aniquilado la Humanidad.

26 - En la Frontera de Transilvania - Daniel Frini
El Dr. Van Helsing pudo, finalmente, destruir a Drácula cuando logró entrar, de contrabando, un cargamento de ajos. Agentes de Aduana corruptos hay en todos lados.

25 - Estamos en todas partes - Daniel Frini
Ser vampiro inuit tiene sus pros y contras. En el Ártico la noche dura seis meses, pero, francamente, esto de vivir a sangre de focas…

24 – Doce valientes… - Daniel Frini
…fueron a matar a Pinocho Vampiro. Intentaban clavarle una estaca en el corazón. Ninguno volvió. No hay peor cuña que la del mismo palo.

23 – Gasolero – Sergio Gaut vel Hartman
—Hace 100 con dos litros —dijo el Conde, ufano.
—Le envidio el Dracumóvil —dijo el mecánico—. Nunca vi un vehículo tan económico.

22 - Un problema que tenemos todos – Daniel Frini
—Oye, Vlad —dijo la doncella (su cuello libre, dispuesto para ser mordido por el Conde)—, hoy no. Me duele la cabeza.

21 - Metrosexual - Daniel Frini
Los vampiros más veteranos lo miran con sorna: ¿sangre bajas calorías? ¿qué sigue? ¿cama solar? ¡dónde quedaron los viejos buenos tiempos!

20 - Licenciado Vlad Tepes - Sergio Gaut vel Hartman
SE OFRECE: terapias rápidas. Especialidad en claustrofobia, aversión al ajo, terror al empalamiento, síndrome de inmortal, delirios metamórficos y mesmerismo.

19 – Consejo médico – Daniel Frini & Héctor Ranea
—Hágame caso —dijo el gastroenterólogo al Conde—. Si la sangre le produce acidez a la mañana, tómese unos mates.

18 – El pueblo elegido – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Desde que se convirtió al judaísmo, el Conde sólo bebía sangre aprobada por el Gran Rabino de Jerusalem.

17 - Cosas de chicos – Daniel Frini
—¡Mamá! ¡Vladito me mordió!
—No te preocupes, hija, ahora vas a tener toda la eternidad para vengarte.

16 - Drácula en el biorsi del ferrocarril – Héctor Ranea
—¡Joder con este olor; acá no puedo chupar sangre! Me dan arcadas al abrir la boca.

15 – Multinacional – Héctor Ranea
Drácula invirtió fortunas en negocios varios. Entre ellos, uno contrataba servicios de matadores de vampiros.

14 -…para ir a jugar - Daniel Frini
—¡Vladito! —gritó la señora Drácula—, ¡entrá a casa que ya se hace de día!

13 – Cero en matemáticas - Sergio Gaut vel Hartman
—Las trece palabras mágicas —dijo Vlad Tepes— son seis: “beberé toda tu sangre”.

12 - ¡Oiga, señor! - Daniel Frini
—Le hago una preguntita: Los ajos vampiros, además de dientes, ¿tienen colmillos?

11 – Métodos para protegerse de vampiros 1 – Héctor Ranea
No sirve encorsetar a las vírgenes. Se calientan más los vampiros.

10 - Amor maternal - Daniel Frini
Cuando mamá me miró a los ojos dijo: —¡Muere vampiro!

9 – Drácula old fashioned – Héctor Ranea
Jamás bebía de mujeres durante los días impuros.

8 - En garantía - Héctor Ranea
— ¡Su ataúd tiene mil años! —protestó el carpintero.

7 – Some of your blood - Sergio Gaut vel Hartman
—¡Qué asco, Sturgeon! ¡Esto es sangre menstrual!

6 - Clasificado – Héctor Ranea
Diplomado rumano ofrécese voluntario extracción sangre.

5 - Drácula visita a un famoso hematólogo - Sergio Gaut vel Hartman
—¡Doctor Cuello, un gusto conocerlo!

4 – Drácula juega a la Quiniela - Sergio Gaut vel Hartman
—Cinco pesos al 18.

3 - ET con Drácula no congenian – Héctor Ranea
–¡Aj! ¡Sangre verde!

2 – Van Helsing presenta la cruz de plata y Drácula no se mosquea – Sergio Gaut vel Hartman
—¡Soy judío!

1 – El Conde encuentra un análisis de sangre en poder de su víctima – Sergio Gaut vel Hartman
—¡HIV!

0 – Palabra para anunciar al 911 el ataque de un vampiro rumano con poco pelo y dos patas – Héctor Ranea
,,,

viernes, 10 de septiembre de 2010

TU NOMBRE SE ESCRIBE CON SANGRE - Héctor Ranea y Sergio Gaut vel Hartman



39 – Reflexiones en la lavandería – Héctor Ranea
Tener la capa negra ayuda; cuando se pone pringosa o la lavo o no vuelo. No consigo un jabón que deje la capa lustrosa pero ligera como las alas de la noche. ¿Tendrán en este mercadito nocturno uno bueno?

38 – Epifanía – Héctor Ranea
Cuando me mostré tal cómo soy, qué hago, cómo vivo, qué ofrezco, ella tomó la pócima que tenía preparada y transformó a Igor en cerdo.
—Esto es lo que necesitas —dijo la bruja, mostrándomelo ya transformado. Y desapareció.

37 – Divergencias – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
—Esta serie de ráfagas sobre vampiros le va a dar sangre nueva al blog —dijo Héctor entusiasmado— ¿No te parece?
—Cierto, pero es una verdadera lástima que se la chupe toda el que te dije —respondió Sergio.

36 – Principio de conservación – Héctor Ranea
Existe una variedad de vampiros que succionan otros humores. A unas, las comanda una Baronesa. A otras, unos cirujanos. Por último están unos alquimistas que transforman la mierda en diamantes. Nada se pierde, todo se transforma.

35 – Cadáver exquisito – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Los escritores de un famoso colectivo literario se reunían todos los viernes a la medianoche para darle sangre nueva a su cuento sobre Drácula, pero terminaron con los colmillos del Conde enterrados en sus gargantas.

34 – Abstinencia – Sergio Gaut vel Hartman
—¿Con qué dijo que se hace la morcilla? —El mozo, paciente, repitió la explicación—. ¡Qué asco! —exclamó el conde. Había pasado varios meses concurriendo a las reuniones de Hematófagos Anónimos.

33 – Salud pública – Héctor Ranea
La incidencia de muerte en casos de desangramiento aumenta debido al aumento de la moda de adelgazar en forma extrema. Factores concomitantes de alcoholismo, tabaquismo y sexo virtual coadyuvan en este incremento preocupante.

32 – Por un pelo – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Gregor Samsa bendijo la maestría de Franz Kafka cuando el Conde se le apareció durante la noche; ser un escarabajo lo había salvado de un destino peor que empujar bolas de estiércol.

31 – Ficciones – Sergio Gaut vel Hartman
El conde se mostró eufórico cuando supo que Riabinin era un hombre sanguíneo, muy rojo de cara, pero se decepcionó cuando le informaron que sólo era un personaje de Ana Karenina.

30 – Prosapia – Sergio Gaut vel Hartman
—¿Barnabás Collins? —dijo el Conde—. ¿De qué maldito lugar de Transilvania proviene usted?
—Soy norteamericano —respondió el vampiro advenedizo.
—¡Por favor! —exclamó Drácula y le dio la espalda, agraviado.

29 – Disfraz - Héctor Ranea
La enfermera se movía dulcemente, tenía ojos gatunos, extrayendo sangre era indolora. Los pacientes sólo se quejaban un poco de cierto olor a encierro que emanaba de sus axilas.

28 – Comercio venal – Sergio Gaut vel Hartman & Héctor Ranea
En la primera reunión de Hematófagos Anónimos, Drácula se sintió decepcionado: la coordinadora era una discípula suya que reunía hematófagos arrepentidos para chuparles poca sangre y mucho dinero.

27 – Preparativos gastronómicos – Héctor Ranea
Sobrevolando algunos edificios, el Conde reflexionó sobre las interesantes propuestas de sangre para esa cena. Y las dificultades para obtenerlas.
–Per aspera ad astra –filosofó sin disgusto.

26 – Sergio Gaut vel Hartman
Jack the Ripper jugaba a dos puntas. No se puede ser, a la vez, proveedor del Vlad Tepes y de Víctor Frankenstein. Murió en su ley.

25 – Legado – Héctor Ranea & Sergio Gaut vel Hartman
Internados en un manicomio VIP, luego de perpetrar esta serie sobre Drácula, los escritores comprendieron que su sangre nutriría por siglos a los académicos adocenados.

24 – Anochecer de un día tranquilo – Héctor Ranea
El bochorno del día pudo pasarlo tranquilo en su remota tumba.
–A la noche se puede respirar mejor –dijo el Conde no sin satisfacción.

23 – Sospecha – Héctor Ranea
Drácula se sorprendió cuando su víctima, muerta ya, le dijo:
—¡Buen provecho! —al proferir el Conde un sonoro eructo con el último sorbo.

22 – Diasfendonesia – Héctor Ranea
Cayeron dos sobre la misma víctima
–¡Juguémosla a la diasfendonesia! –reclamó él. Pero ella ya había hincado los dientes en la jovencita.

21 – Precaución – Héctor Ranea
Las últimas palabras del médico antes de partir fueron: –Desconfíe de los médicos que salivan demasiado durante la extracción de sangre.

20 – Esclarecimiento – Héctor Ranea
Me mostré tal cual actúo: no robo toda la sangre, sólo quito la que necesito. ¿Acaso no lo hacemos todos?

19 – Copla – Héctor Ranea
El Conde compadre canta
La niña turba su vuelo
Mientras se descorre el velo
La dentadura él le planta

18 – Pecado vampiro – Héctor Ranea
La holgazanería hizo que Drácula perdiera calidad de no vida al confiar la selección de alimentos al mayordomo.

17 – Diagnóstico – Héctor Ranea
–La inapetencia que sufre –dijo el médico –se debe a la hiperglucemia de sus víctimas, Señor Conde.

16 – Alejandrino – Héctor Ranea
En menos de catorce endecasílabos, el Conde era capaz de dejar exangüe un luchador de Sumo.

15 – Reincidente – Héctor Ranea
Otra vez me desperté con sabor a sangre. Otra vez esta mujer está tan pálida.

14 – Hospital – Héctor Ranea
El banco de sangre fue asaltado. Lo salvó el sándwich de ajo del vigilante.

13 – Sangre azul – Sergio Gaut vel Hartman
—Perdóneme que le diga esto, Blancanieves, pero su marido es un ser repugnante.

12 – Ditirambos – Héctor Ranea
Con sólo ver tu esbelto cuello desnudo salivo como perro en celo

11 – Haiku – Héctor Ranea
Disconforme con todas las bellezas orientales, nunca bebió de esas arterias.

10 – Parrilla “Al bife jugoso” - Sergio Gaut vel Hartman
—¡Mesero! Le dije bien cocido. ¡Mire lo que me trajo!

9 – Las patas cortas – Héctor Ranea
Difundí noticias sobre mi muerte. Ahora me visitan fantasmas.

8 – Humor – Héctor Ranea
El único humor que amo es tu sangre.

7 – Sangre y arena – Sergio Gaut vel Hartman
—¡Maldita sea; otra vez me tocó arena!

6 – Casualidades – Sergio Gaut vel Hartman
—¡Capitan Blood! ¡Qué gusto encontrarlo aquí!

5 – Drácula sediento en la barra del pub “Bloody Mary” – Sergio Gaut vel Hartman
—Una sangría doble, con hielo.

4 – El juego de la escondida – Sergio Gaut vel Hartman
—¡Sangre, sangre!
—¿Dónde, dónde?

3 – Decepción – Sergio Gaut vel Hartman
—¡Puajjj; otra anémica!

2 – Vlad Tepes se entera de que explotó un coche bomba en Bagdad – Sergio Gaut vel Hartman
—¡Qué sanguinarios!

1 – En caso de emergencia marque el número secreto – Sergio Gaut vel Hartman
726473.

0 – Apoyando la oreja sobre la tapa del ataúd del Conde – Sergio Gaut vel Hartman

jueves, 9 de septiembre de 2010

Cuenta regresiva de varios autores 16

39 - El tamaño importa - Guillermo Vidal
La estrella supermasiva más luminosa de universo conocido es trescientas veces más grande que nuestro sol y siete veces más caliente; en contraposición, y por razones obvias, tendrá una vida muy breve: no hay modo de pagar la factura.

38 - Anorexia - Julia Rod
Todavía no puedo precisar si eran reales; tal vez fue mi estado de inanición el que creó los impresionantes monstruos que me acosaban en todo momento. Me miraban con voracidad. Fui su único alimento hasta que me consumí.

37 - Invasiones marcianas históricas bastante fallidas - Héctor Ranea
En cierta invasión, probablemente entre la tercera y la cuarta dinastía Wrong, los marcianos llegaron y dejaron hombres. Inicialmente las mujeres estaban felices de no tener que reproducirse por clonación. Poco después se arrepintieron, pero fue tarde.

36 – Entrampado – Sergio Gaut vel Hartman
—¿Usted escribe microficciones?
—Sí, ¿y usted?
—No; yo soy el personaje de esta.
—¡Imposible! Yo la estoy escribiendo y no lo tengo previsto como tal.
—Se equivoca. Y ya es tarde para arrepentirse. Mire.
—Tiene razón. 

35 - Puntos de vista - Claudio G. del Castillo
En el salón de operaciones:
–Estoy nerviosa, cariño. Te digo yo, que soy enfermera, que una cesárea puede complicarse.
–Tranquila, querida. Te aseguro yo, que soy estadístico, que una cesárea puede complicarse, pero no tanto.


34 - Nadie habla - Héctor Ranea
La torre ha tomado un color extraño. El aire oxida el hierro de su base y ese orín parece colársele hacia arriba. —¡Es la economía, estúpido! —dice el intendente, sabiendo que es lluvia ácida.

33 - Antonia Dubini 
La bailarina clásica se había cansado de estar siempre en la misma pose, entonces, inspiró fuerte, tomó impulso, dio un salto… y salió del cuadro que estaba colgado de la pared del living.

32 - Juego - Angélica Sonia Barrenechea Arriola 
Altanera. Coqueta. Soberbia. Se presentó en el despacho del jefe y le dijo:
—Se terminó el acoso sexual; hoy te contesto que sí.
Él sonrió en silencio mientras su esposa se alejaba.

31- Encontrar la senda - Miguel Dorelo
Solemos extraviarnos por elegir el camino incorrecto. Una y otra vez lo iniciamos utilizando la brújula de la razón. Deberíamos, de vez en cuando, probar con el compás del sentimiento.

30 -  Aludes - Rafael Vázquez
—Atravieso un crudo invierno en lo personal —iba a decir, cuando un alud de muebles, de maletas, de abogados, de facturas lo arrastró a lo más hondo de las cosas.

29 - Volatilidad - Marcos Rodríguez Leija
—Para ti, abuelo, ¿qué es la vida?
—La vida es tan sólo el sueño de un dios a punto de despertar.
Dicho esto, el anciano y el niño desaparecieron.

28 - Pinacoteca IV: Restos - Nuria C Botey
El cuadro representaba una bandada de aves migratorias sobrevolando la campiña inglesa. Desde que lo colgamos en el salón, no hago más que recoger plumas de la alfombra.

27 - Falsable 1 – Ariel Becerra Ledesma
En un bosque, un árbol cayó hacia arriba. Juan lo vio.
Pero desde el asunto del lobo, anda un tanto desacreditado.
La Ley de Gravedad permaneció inalterada.

26 - El nacimiento de una fe - Sergio Gaut vel Hartman
La muerte del ídolo disparó la inmediata devoción. A las veinticuatro horas había realizado su primer milagro y a las cuarenta y ocho apareció el fundamentalismo.

25 - Rita Ana Zanola
Debí haberte matado apenas comenzaste a quitarme el sueño. Ahora es tarde, pero confío que en poco tiempo, pasado el encantamiento, pueda solucionar tamaño error.

24 - Plaza de Toros - Claudio Leonel Siadore Gut
El toro se asomó a la plaza. Gente festejando, música alegre, trajes de colores.
Esbozó una mueca de alivio.
—¡Conque esto es el Infierno! 

23 - Secuelas - Guillermo Vidal
Realizaron una nueva versión de la saga del descuartizador en dos partes, una está incompleta y la otra todavía no la han encontrado.

22 - Sara & Alex Spinrad 
Uno escribe tan poco para decir tanto. Al fin y al cabo son solamente dos palabras. Tan simples y austeras: Te quiero.

21 - Lola Carreño 
María jamás le volvió a ser infiel a José después del revuelo que se formó; dos milenios después aún se comentaba...

20 - José Luis Zárate
La lluvia continúa y decido que es mejor seguir viajando en el autobús. Me convenció el pez en la ventanilla.

19 - Mandatos - Fernando Belottini
Mientras cae del décimo piso, el suicida, preocupado, recuerda haber dejado otra vez encendida la luz de su cuarto.

18 - Antonia Dubini
Él la ciñó con el lazo del amor, pero se le fue la mano y casi la ahorca.

17 - El dinosaurio está  aquí - Silvia Rodríguez Ares
Tengo un problema. Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba aquí, pero instalado frente a mi computadora, escribiendo. 

16 – Drul Colombo
Ella habla la lengua de los pájaros. Cuando me besa me llena la boca de plumas.

15 - Filología infantil - Saturnino Rodríguez Riverón
Los niños se erigen en los críticos más implacables. Entran a la literatura destrozando libros.

14 - Negativismo - Alberto Chimal & Sergio Gaut vel Hartman
Los no lectores no leemos las no velas que no escriben los no velistas.

13 - Filos - Alberto Chimal 
Buenos días, le dijo la navaja de Occam a la espada de Damocles.

12 - Indemne - Javier López
El cielo es el único que puede estrellarse sin sufrir ningún percance.

11 - Nunca es tarde para enmendarse - Jorge X. Antares
El corrupto, por fin, dimitió mientras caía despeñado por el barranco.

10 - Oriana Pickmann 
Me hacen falta tus pasos para poder seguir mi camino.

9 - Ramón Gómez de la Serna
El agua se suelta el pelo en las cascadas.

8 - Rafael Vázquez
El amor es ciego, salvo a los espejismos.

7 - Rosa mía - Claudio Leonel Siadore Gut
Quité tus espinas, pero no tus dientes.

6 - Dependencia villana - Oriana Pickmann
La heroína arrasó con la ciudad.

5 - Fantasía - María del Pilar Jorge
Sueño palabras, escucho el silencio. 

4 - José Luis Zárate
–Pide tres deseos, cadáver.

3 - Adriana Alarco de Zadra
Pescadería “Rico Pollo”.

2 - José Luis Zárate
Sombras luminosas.

1 - En donde el autor demuestra su omnipotencia haciendo que el personaje haga un acto absolutamente humillante - José Luis Zárate
–Claaaaro.

0 - Magritte escribe una microficción de cero palabras - Saurio
Ceci n'est pas un texte du zéro mots.

Ilustración: "Expresionismo abstracto", de Jackson Pollock