jueves, 24 de junio de 2010

23 Ráfagas Samsianas para un 24 soleado - Héctor Ranea

1
Cuando Gregor Samsa despertó, gritó:
–¡Cielos, el exterminador de insectos sigue aquí!

2
La vecina del octavo vive con Gregor Samsa y cien mil de sus clones.

3
Cuando no concilia el sueño, Samsa cuenta escarabajos pequeños, peludos y suaves.

4
La reunión fue un éxito, la vecina trajo a Samsa quien contó historias subterráneas. Quién sabe dónde las aprendió.

5
Para la fiesta de fin de año, todos bailamos zapateando con furia. Samsa lloró toda la noche, inexplicablemente.

6
Durante la masturbación en el Botánico, Samsa deja un reguero que siguen los escarabajos desorientados.

7
En el colchón de Gregor Samsa encontraron escondida una foto de su amada. Una hermosa cucaracha belga colgada de los testículos de la estatua del niño que mea.

8
–¡Padre, no dejes que me pisen aunque no sepan que lo hacen! –gritó en sueños Gregor Samsa. Pero tenía mala relación con su padre.

9
–Si Samsa despierta ahora será cucaracha.
–¿Y si despierta mañana?
–Escarabajo.
–¿No tiene escapatoria, Señor?
–¡Ni escapatoria ni justicia! –dijo el escritor.

10
Cuando viene a leerme un cuento para dormirme, Gregor Samsa me deja perplejo con su profundo conocimiento del latín. Un escarabajo ilustrado, había sabido ser.

11
Del tronco hueco del árbol salieron diecisiete cucarachas espantadas. Oí cuando gritaban:
–¡Guarda que viene Samsa, rajemos!

12
El Moldava deja una huella imborrable en quien lo nada. Díganselo a Gregor, quien nadando de orilla a orilla se transformó en escarabajo egipcio y no lo dejaron desembarcar en la dársena. Debió transformarse en cucaracha.

13
Una tarde, en un café de Praga con amigos dispendiosos, Gregor Samsa descubrió horrorizado que su billetera se había convertido en un fiero cocodrilo.

14
Cierta tarde de otoño Gregor Samsa vio un cedro eyacular una densa niebla amarilla. Entonces descubrió que él estaba ovulando.

15
–Soy poeta –dijo el cuervo mientras se le acercaba.
Gregor reculó helado. No hacía dos horas que se había transformado en escarabajo y ya venían a comerlo.

16
–Vengo a quejarme –dijo Gregor Samsa al farmacéutico. –Su somnífero viene con menos fuerza que antes.
–¿Cómo lo sabe?
–No tengo dudas de que antes me convertía en un escarabajo egipcio y ahora apenas en un escritor argentino.

17
–Quejas: primer piso –respondió el robot.
Samsa subió los 39 escalones no sin peligros.
–¿En qué puedo servirlo? –preguntó la empleada en tono burlón.
–El insecticida que me vendieron es inocuo. ¡Mi suicidio fue un fracaso!

18
Al entrar a la iglesia, Samsa tuvo un escalofrío. Recordó a la tía René ahogada en la pila de agua bendita. Sólo sobresalían sus seis patitas.

19
Con el automóvil en esas condiciones, Samsa no llegaría ni a la taberna. Por suerte, con sus seis patas podría correr así llegar antes que se acabe la cerveza nueva.

20
Aprendió a caminar con seis patas con mucha dificultad. Su profesora era, además de bella, zurda, cosa que dificultó el aprendizaje.

21
–No por ser escarabajo el sexo es menos divertido —replicó el maestro de yoga de Samsa.
Esa tarde la vida le sonrió como nunca a Gregor.

22
Al besarla, Gregor fue estremecido por el frotamiento de sus quelonios con los de ella. Mientras lo hacía se preguntó:
–¿Estará permitido el sexo entre escarabajos y cucarachas?

23
Lloró lágrimas amargas al verla partir.
–¡Ella no me amó jamás! –exclamó para sí Samsa mientras Verdi en un rincón tomaba notas.