sábado, 25 de agosto de 2012

Refranes Falsos que bien podrían ser Verdaderos




REFRANES FALSOS QUE BIEN PODRÍAN SER VERDADEROS.

37 – De borricos y de tontos – Héctor Ranea
El borriquillo nació diciendo:
—¡Jijó! —por lo que lo llamaron, Jijó.
Más adelante pudo decir: diasfendonesia, constantinopolitanismo, diatriba, metempsicosis, psitacosis, parafernalia y otras, pero siguiéronlo llamando: Jijó.
Por lo que: “Aunque el borrico se doctore, borrico lo atesoran”.

23 – Por qué no todos los rábanos son santos – Héctor Ranea.
Hubo una vez un santo llamado rábano. Desde entonces todo el Khrein clamó por santidad. Por eso: No por mucho rábano te aclama el Vaticano.

12 – Repetición formativa – Javier López
Tanto fue el cántaro a la fuente que acabó aprendiéndose el camino.

38 – Cada cosa, a su tiempo – Javier López
Tras ocho meses de gestación de nuestra futura hija Ana, mi mujer comenzó a levantarse todos los días a las cuatro de la madrugada.
—No por mucho madrugar Ana nace más temprano —le dije cuando prendió la luz.

49 – Zozobra la verdad, más nunca ahogada la verás – José Luis Velarde
Lorenzo Pestosino, auguró que el Victoria navegaría a toda vela hasta encallar en Sicilia.
Los marineros se burlaron del infalible profeta.
A una semana del dicho vieron a los dos únicos sobrevivientes arrastrarse sobre la costa pedregosa de Castellammare.
Ahora es común decir: “Donde manda profeta no gobierna capitán”.

35 – Los viajes ilustran – José Luis Velarde
Era un hombre gris, tonto y pequeñajo que creyó cambiar de fortuna yéndose a otra nación. Allá dijeron que era plomizo, lerdo y diminuto. Desde entonces se dice: “El árbol torcido siempre
enriquece el vocabulario”.

36 – A batallas de amor campo de plumas – José Luis Velarde
Los recién casados se abrazaron con fuerza y de tanto amor profesado se apretaron hasta morir en un abrazo tremebundo y asesino.
Un dicho popular ahora establece: “Al que mucho abraza mortaja le cae del cielo.”

48 – La dicha de la fea siempre puede comprarse – José Luis Velarde
La avaricia estableció un próspero negocio y pronto gastó su primer millón en cirugía embellecedora. Muy joven aún se enamoró de un afortunado adjetivo con el que vivió feliz en un mundo perfecto.
Desde entonces el refranero popular refiere: “La suerte de la fea nunca dura cien años”.

32 – Desmentida – Héctor Ranea
Alñudo Barrigón despertose bien temprano aquella gélida mañana de invierno. Se sentó frente a su máquina pero la novela no salía. Estaba desolado: no por amanecer Barrigón, se convierte en
novelista.

47 – El caballo como amigo del dentista – Héctor Ranea
El siguiente es un refrán algo largo pero es autoexplicado; dice así: al caballo ciego hay que mirarle los dientes para comprender si sabe dónde está el suelo y come bien. Bueno, parece
sencillo. Pero con esto de los caballos voladores, la cosa no es nada simple.

49 – Más sabe un viejo que ojos que no ven si la fuente existe – José Luis Velarde
Un anciano encontró restos de cerámica en la cocina. Dedujo que su fregadero ocultaba un manantial. Supuso que una muchacha lindísima llenaba el cántaro todas las noches y comenzó a acecharla. Jamás volvió a dormir. “Más sabe el diablo que ojos que no ven si el cántaro se rompe.”

49 – No vendas la piel si puede salir volando – José Luis Velarde
Martín adquirió un contenedor lleno de pieles de oso. Al revisar la mercancía pudo ver un avestruz de pico empeñado en desprenderle un ojo. Martín, cobarde como perro ladrador, apenas pudo musitar un refrán popular en ese tiempo: “Más vale pájaro en mano que salir a cazar al oso.”

47 – Si vas a criar cuervos no te eches a dormir – José Luis Velarde
Marioneti tenía un cuervo amaestrado en Hollywood. Al popularizarse las películas de horror en la década de los cincuenta decidió establecer un criadero de aves negras.
Al triunfar sus pájaros alquilados fue común descubrir enemigos que lo arruinaron. Bien dicen: “Cría fama y te sacarán los cuervos.”

49 – Et in Arcadia ego – Héctor Ranea
Un ciego de Arcadia decía conocer a una mujer de cabellos negros y plumas que le hicieron ver ángeles en cierta instancia. Desde entonces cantaba: “Y en Arcadia yo le di todo, pero tomó sólo mis ojos. ¿Quién no dio de comer alguna vez sus ojos a un cuervo?”

39 – Escabechada de ranas enlatadas y canciones batracias – Héctor Ranea
Esculapio Escabetxe Escalpelló, conocido como Esc Esc Esc, creó una marca de conservas de batracios. Las ranas de Escabetxe saltan enlatadas porque: “a la rana dale de saltar y canta”, pero eso sí, si cantan, no se las escucha.

47 – Romance aéreo – Héctor Ranea
Le regaló accesorios para ropa, broches para la cara, pinceles para acicalar todo el cuerpo, pinturas para ojos, perfumes caros y baratos y nada. No pudo conquistarla. Ella pide más aire. Refrán: “A las muñecas inflables las ases con la boca pero no las conquistas con nada”.

40 – Aunque el río se mueva no lleva seda – José Luis Velarde
La inundación desbordó el gran río de la selva.
Un grupo de simios logró cruzarlo aferrándose a un tronco.
Chita no tuvo suerte y se desplomó en la corriente.
Aún ahora es frecuente decir:
“Cuando el río suena mona lleva.”

49 – Quien mal anda estrena disfraz - José Luis Velarde
Don Martín Tantosanto arrasó regiones enteras hasta que un rey condenó a la comunidad entera a reponer los daños. El autor de las tropelías, hijo favorito del chapucero monarca, fue
mantenido en el anonimato.
Desde el medievo se afirma: “Siempre pagan los justos, pero no se dice el pecador.”

49 – Superficie plana o cuerpo tridimensional siempre tiende a tirar al monte – José Luis Velarde
Mucho se habla de círculos virtuosos y triángulos amorosos. Ocupan planas, llenan blogs y
conversaciones enteras. Poco se sabe de pentágonos amorales, prismas exacerbados o paralelogramos esquizoides. Es innecesario añadir que apenas se nombran los icosaedros pecaminosos.
Bien dice la gente sabia: “Cada cuerpo geométrico oculta un pecado asimétrico”.

49 – El tiempo bueno no es ni será tiempo perdido - José Luis Velarde
Rodrigo no habla del presente; no imagina futuro alguno. Analiza minucioso el pasado. Rehace conversaciones añejadas en sus recuerdos. Vislumbra respuestas novedosas; prefiere dejar inalterados los comentarios dichos en la infancia o cualquier otro momento de su vida.
Siempre dice: “Más vale pasado probado que futuro incierto por venir.”‎

49 – El color del cristal con que se mira no limita al ciego – José Luis Velarde
Pedro exhibía cataratas en ambos ojos.
Sólo veía nubes durante la canícula.
No era visión nublada.
De sus ojos brotaban torrentes de agua fría y al contacto con el calor desorbitado brotaban
nubes auténticas.
Bien dice el refrán: “Es de no creer la cascada en ojo ajeno ver caer.”

49 – Lo que por agua viene por agua se va – José Luis Velarde
Los aztecas imploraron el regreso de la lluvia a Tláloc, quien molesto por la falta de sacrificios humanos hizo caer un diluvio que duró setenta y cinco días. Todos los habitantes de Tenochtitlan maldijeron al dios que respondió con firmeza: “No se lamenta tanto el que buena tormenta siembra”.

49 – Cuervos – Angélica Santa Olaya
Llevó dos kilos de maíz que salvó de la sequía. El cura tomó el regalo y bendijo el aire. El campesino salió y desenvolvió el taco que guardaba en su
morral. Bajó un cuervo y llevóse el taco al campanario. “A Dios rogando y con el cura cargando.”

10 – Intento de plastificación a María Magdalena – Claudio Leonel Siadore
¡Quien esté libre de Capitalismo que arroje la primera tarjeta!

44 – Cordero perdido – Héctor Ranea
Regalaron a la niña de ricitos dorados un corderito raro nacido en invierno. Una tarde nevó, el corderito se perdió y quedó atrapado en la nieve. Planeando, como siempre, durante su patrulla, la gaviota pensó: “A cordero regalado, también se le comen los ojos”.

46 – Dos en uno – Héctor Ranea
Lo que vieron en la tomografía fue asombroso. Cuando le informaron a la paciente, les dijo:
—Sí; una vez una lombriz solitaria salió y me dijo: “La lombriz es solitaria pero no santa”, señora, y le mandé una amiga suya. Es que: “la lombriz, lombriz quiere”.

39 – Saleroso – Héctor Ranea
Finalmente, la mujer de Lot miró las ciudades arrasadas y Dios la convirtió en sal. Lot dijo:
—“No hay sal que por bien no venga”. Tenemos para el viaje.
Y la molió, la juntó, la envasó y la consumió.